Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Los laboratorios de Gendarmería de Buenos Aires están realizando las pericias criminalísticas, químicas y científicas para aclarar en qué circunstancias se produjo el homicidio de Gabriel “cabeza de perro” Gusmán, el 25 de septiembre en el barrio Capibá de Paraná. Por el hecho fueron judicializados dos policías. Se trata de establecer si el deceso se produjo por un enfrentamiento, donde los uniformados debieron responder a la agresión. Desde la Policía se informó que los uniformados Diego Ibalo y Rodrigo Molina llegaron al barrio tras un llamado del 911. En esas circunstancias, fueron recibidos a balazos, por lo que no les quedó otra que defenderse. Por otro lado, los familiares del joven de 20 años sostienen que se trató de un caso de gatillo fácil.

El fiscal Gonzalo Badano decidió que Gendarmería realizara todas las pericias, con el objetivo de eliminar cualquier tipo de suspicacias.

Por otro lado, varios de los testimonios recolectados en la fiscalía habrían avalado los dichos de los dos policias.
Los primeros datos
Las primeras conclusiones del trabajo de los peritos de Gendarmería se conocieron en las últimas jornadas y fueron observadas por un veedor de la Policía de Entre Ríos.

Un dato relevante, que deberá ser corroborado por los peritos, es el que aportó el médico forense que efectuó la autopsia. Indicó que el disparo que le quitó la vida a Gusmán fue efectuado a una distancia de entre 10 y 15 metros.

Se supo, a partir del análisis de las dos pistolas de los policías como así del revólver 38 de Gusmán, que estaban aptas para su uso y que fueron utilizadas en el enfrentamiento.

Otro punto que puede llegar a ser de interés para las partes es que el revólver 38 tenía tres proyectiles percutados, al tiempo que había tres balas más en el tambor. Es decir que el arma fue utilizada al momento del incidente.

En esa línea, se estableció que las pistolas 9 mm de los policías, efectuaron un disparo cada una.

Hubo un traspié en los análisis iniciales, porque las cintas con los rastros de pólvora tomadas de las manos de los policías como de la persona muerta, no pudieron ser cotejadas con el barrido electrónico de los equipos de Gendarmería. Se espera que este estudio se pueda realizar en otro laboratorio de una fuerza federal.

Aún resta realizar las pericias para conocer cómo fueron los disparos y sus correspondientes trayectorias para saber si fueron ascendentes o descendentes y cotejarlos con el informe de la autopsia y de los testimonios.

Falta efectuar, también, la pericia de distancia de disparo en la gorra de Gusmán, como también de ADN de sangre, de tierra y paso en el mismo elemento.

Otro punto que ordenó la fiscalía es realizar el cotejo correspondiente a una imagen que se aportó a la causa. Es la de Gusmán portando un arma de fuego en una foto de Facebook. Se quiere confirmar o descartar si corresponde a la secuestrada el día de la balacera en el Capibá.
Fuente: UNO Entre Ríos

Enviá tu comentario