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El caso de la actriz Thelma Fardin, que denunció haber sido violada, cuando adolescente, por el actor Juan Darthes, produjo un efecto dominó.

Una joven de Colón aseguró a través de Twitter que fue víctima de acosos en 2016, cuando concluyó la escuela secundaria, y empezó a ser hostigada por un docente, hoy profesor de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uader), en Concepción del Uruguay.

"A fines de 2016 -contó la joven- yo terminaba la secundaria, cuando un profesor comenzó a enviarme mensajes por whatsapp (no sé de donde había sacado mi número, ni tampoco quién se lo había dado). Fueron exactamente 3 mensajes en donde solamente me enviaba o "." o signos de admiración".

Nunca respondió ese primer mensaje. "El segundo mensaje se lo mostré a mis viejos, los cuales me dijeron que quizás el profesor se había equivocado. A la semana siguiente recibo el tercer mensaje que se los volví a mostrar y me dijeron que hable con la rectora del colegio. Llegó el lunes. Y fui a hablar con ella, contándole que este profesor . . . me enviaba mensajes en horarios inusuales y extraños, a lo que ella me responde: gracias Lucía por confiarnos esto, nos enteramos que este profesor acosa por otras redes ofreciendo dinero a las chicas para tener relaciones sexuales".

El relato sigue: "Cuando me dijo esto, quedé totalmente sin palabras. Este tipo a los días quedó sin trabajo en la escuela. En el verano 2017, yo caminada por una de las calles de Colón aproximadamente 2:30 de la mañana sola, cuando de repente frena un auto al lado mío. Y comienza a decirme "hola, vení que te tengo que dar algo", miro con atención quién era, y resulta ser que este hijo de . . . , acosador, . . . me estaba siguiendo. Le dije que se fuera que iba a gritar. Se va y yo doblo en la esquina, hago dos cuadras más. Y presentía que iba a volver, con las manos temblando que ni el celular podía desbloquear, miro para atrás y volvía con su auto, lo cual frena otra vez al lado mío y me grita, ‘te dije que vengas, que te quiero dar algo o no entendes’. Agarré el celular hice como si llamaba a alguien y se fue automáticamente. Llegué a mi casa después de tomarme un remis, no pude dormir pensando que hubiera pasado si se bajaba del auto".

Señaló que "recién al otro día le conté a mis padres (claramente mi papá lo quería ir a matar), fuimos a hacer la denuncia a los que una oficial me toma la denuncia y comienza a hacerme preguntas con tono de duda como ´¿estas segura que era él?´ ´¿estas segura que era él, el que te mandaba los mensajes?´, ´¿pero vos le insinuaste algo, porque sino, no te hubiera mandado esos mensajes´".A esa denuncia siguió otra, en Facebook, y el reproche público de la Agrupación Frente Uader Concepción del Uruguay. "En el transcurso de la semana pasada, nos enteramos que un docente de nuestra Universidad (CyT) acosó a una compañera, estudiante de la cátedra que él, justamente, dictaba.

"No sólo fue denunciado por esta compañera, sino también por otras mujeres y adolescentes que han tenido el valor y el coraje de contar lo vivido, tanto en el nivel superior como en el secundario. Porque no nos callamos más", expresaron.
El descargo del profesor
El docente acusado hizo su descargo en redes sociales. "Creo que es un derecho mínimo que tengo, para que también se escuche mi versión de los hechos y también con el fin de que mi triste experiencia le sirva a otros a no cometer mi mismo error", comenzó.

Y relató: "En el presente año lectivo, una de las cuatro alumnas mujeres presentó una conducta llamativa que pasaré a describir a continuación. Es que en las sucesivas clases, cada vez que terminaba de explicar un tema y daba ejercicios para resolver comenzaba a llamarme "profe", "profe" pidiendo ayuda para resolver los problemas. Esto puede parecer totalmente normal, pues para eso estaba yo. Sin embargo estos llamados eran muy muy frecuentes, tanto es así que; si de vez en cuando no le decía que espere, que iba a atender a otro compañero y luego iba con ella, no hubiera permitido que atendiera a los 63 alumnos restantes por igual. Además de esto, las preguntas que me hacía generalmente eran preguntas obvias, "tontas", cosas que recién había explicado y demás y sumado a eso entre un llamado y el siguiente no había avanzado en nada en la resolución del ejercicio, parecía que me llamaba por llamar y cada vez que me acercaba a su banco llevaba el lápiz a la boca o gesticulaba".

Continuó que "sumado a esto, esta alumna entraba y salía numerosas veces del aula, iba al baño, salía a fumar y otras veces no sé por qué motivos salía pero la cuestión es que se "desfilaba" por el aula. Por supuesto que entender que estas conductas eran una "provocación, intento de persuadir o seducir" es una interpretación personal ambigua y subjetiva. Pero que estas conductas existieron es un hecho real y objetivo, se le podría preguntar al resto de los alumnos que lo presenciaron a ver si no es verdad lo que digo".

Según el docente, "seguramente cualquiera podría decir ¿qué hay con todo esto? Uno debería permanecer inmutado a estas situaciones. Bueno seguramente este fue mi grave error. Caer en la debilidad. Es que como lo dice el dicho "tampoco uno es de piedra". Aunque sin excusarme reconozco claramente mi error. ¿En qué consistió mi error? En pasada unas clases, buscarla en las redes sociales (Facebook) por su nombre y apellido y escribirle. Hay que decir que la alumna es mayor de edad y uno entiende que de manejo de redes sociales, los jóvenes saben mucho más que uno. Lo que sucedió en realidad es que esta chica accedió a mantener una conversación e incluso me pasó su número de celular", afirmó.
Fuente: Twitter Facebook Elonce.com

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