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La Cámara de Diputados de la Nación aprobó este jueves el proyecto de ley que prevé la reforma de las jubilaciones de privilegio de jueces y diplomáticos, y la discusión pasará al Senado. El Frente de Todos logró su aprobación con 128 votos, mientras que hubo dos abstenciones anticipadas, que fueron las de los diputados de izquierda Nicolás del Caño y Romina del Plá.

Fue un rápido debate, que se acortó tras la inesperada salida de Juntos por el Cambio del recinto. El oficialismo logró su objetivo, aunque con el costo de malograr su relación con el principal bloque opositor, Juntos por el Cambio, con el que mantenía hasta ahora una respetuosa convivencia. No bien arrancó la sesión, los diputados opositores denunciaron que el Frente de Todos consiguió con lo justo el quórum de 129 legisladores gracias a la presencia de Daniel Scioli, cuyo pliego como embajador argentino en Brasil fue aprobado por el Senado la semana pasada. Advirtieron que el exgobernador bonaerense estaría cumpliendo, en simultáneo, funciones en el Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo, lo que está prohibido por la Constitución nacional.

"Nos retiramos porque esta sesión es inválida y vamos a presentar la denuncia respectiva a la Justicia. El Frente de Todos reunieron a 128 legisladores y a un embajador", acusó el jefe del bloque de Pro, Cristian Ritondo. "Scioli no es más legislador, sino embajador argentino en Brasil y no ha renunciado a su cargo -insistió Mario Negri, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio-. ¿Tenían necesidad de llegar a esto o lo mejor hubiera sido llegar a un acuerdo con la oposición? Nosotros estamos en contra de los privilegios, vinimos a este recinto a debatir con nuestro dictamen en minoría. Pero no podemos tolerar el atropello. Un atropello que recuerda a los peores momentos de la década de 90".

Desde el oficialismo, el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, ordenó continuar con el debate pese al escándalo. En medio de gritos y acusaciones, los diputados de Juntos por el Cambio se retiraron del recinto para no volver. "¡Chantas!", vituperaron desde las bancas oficialistas. "¡Vayan a cobrarle a los jueces!", chicaneaban.

Con el recinto semivacío, la sesión siguió su curso. Daniel Scioli, el eje de la polémica, justificó su presencia en el recinto en que su designación como embajador aún no fue publicada en el Boletín Oficial por lo que, en lo formal, sigue siendo diputado.

Desde el oficialismo criticaron con dureza la reacción de Juntos por el Cambio. "Protagonizaron un show mediático que desnuda un pacto entre Juntos por el Cambio y un sector de la Justicia con el objetivo de preservar a los funcionarios de la gestión anterior con causas judiciales pendientes", indicaron los voceros del bloque que preside Máximo Kirchner.
Tensión y acusaciones cruzadas
Durante la sesión y todo el debate no estuvo la oposición, que decidió retirarse luego de que el oficialismo lograra el quórum gracias a la presencia de Daniel Scioli, que fue designado como embajador argentino en Brasil pero aún no tiene oficializado su puesto, motivo por el cual pudo ocupar su banca de diputado, habilitar el debate y votar a favor de la norma.

A las 12.35, había 100 diputados presentes entre el bloque oficialista y los dos diputados de la izquierda. Cuatro minutos después aparecieron los legisladores de la bancada de José Luis Ramón, aliado permanente de Massa. Al rato fue el turno de los cuatro diputados cordobeses del bloque presidido por Eduardo “Bali” Bucca, que no bajó al recinto: ya le había avisado a los jefes del bloque K la noche anterior. Cecilia Moreau pidió media hora más.

Las caras de preocupación del oficialismo, disimuladas con chistes de ocasión, recién se distendieron a las 12.59, un minuto antes de la prórroga solicitada, cuando Mabel Luisa Caparros, del oficialismo de Tierra del Fuego, entró apurada al recinto: unos minutos antes había avisado que estaba “a una cuadra” del Parlamento. Es la primera vez que el gobierno estuvo tan ajustado en el número desde la nueva composición de la Cámara baja.

Fue en ese momento que Cambiemos ingresó al recinto -el día anterior había anunciado que no daría quórum ante la negativa del oficialismo de no incluir una cláusula transitoria que garantice los beneficios jubilatorios actuales para los jueces que cumplen los requisitos aún cuando no hayan iniciado el trámite ante la ANSES-, Mario Negri pidió la palabra y la sesión se transformó en un escándalo.

“¡Trucho! ¡Trucho!", le gritaban desde el interbloque opositor a Scioli, que no sabía para dónde mirar. Negri cuestionó la legalidad de la presencia del embajador, cuyo plácet fue aprobado por el Senado, viajó a Brasil para reunirse con Jair Bolsonaro y ya empezó a trabajar como embajador, aunque el país vecino todavía no aprobó sus cartas credenciales, el último paso antes de que sea oficialmente el embajador. “¿Quién le pagó el viaje, Diputados o el Poder Ejecutivo? “Consiguieron el quórum con 128 diputados y un embajador”, cuestionó un rato más tarde Cristian Ritondo ante este medio después de que Cambiemos abandonara el recinto y amenazara con llevar la sesión a la Justicia, por “inválida”.

El interbloque de Juntos por el Cambio ya había decidido para ese momento dar por terminada la discusión. Una veintena de legisladores se apiñó en torno a la banca de Negri mientras el entrerriano Marcelo Casaretto, del Frente de Todos, trataba de empezar el debate.

Juntos por el Cambio empezó entonces a irse definitivamente del recinto. Eduardo Valdés, que fue embajador ante el Vaticano, se acercó a Negri y a un grupo de diputados de la oposición para pedir calma. No hubo caso: después de unos segundos de charla, el ex embajador volvió a su banca con el dedo levantado y acusaciones cruzadas.

El Frente de Todos siguió el debate, que pasadas las 14 se preveía mucho más breve que lo previsto, con media cámara vacía.
Fuente: La Nación - Infobae

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