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Concluyó la octava jornada en el juicio por las causas denominadas “Narcoavioneta” y “Narcomunicipio”. Pasaron 5 testigos (3 civiles y 2 policías), y amplió su declaración indagatoria Omar Horacio Ghibaudo. El imputado se limitó a hablar del tanque de combustible que serviría, según la hipótesis acusatoria, para recargar la avioneta tras haberle descargado 317 kilos de marihuana en un campo de Colonia Avellaneda.

El resto de los testigos refirió a dos allanamientos: uno en la casa de Miguel Carmelo Leguizamón alias “Cebolla”; y otro en la vivienda de Patricio Larrosa. Además se contó cómo fue el procedimiento en una imprenta de calle Colón de Paraná; el secuestro del tanque de combustible de los Ghibaudo; requisas en oficinas de la Municipalidad; la detención de Hernán Jesús Rivero; y el secuestro de la avioneta.
El allanamiento en la casa de “Cebolla” Leguizamón
Miguel Carmelo “Cebolla” Leguizamón es “padre de crianza” de Daniel “Tavi” Celis. Era también empleado de la Unidad Municipal Nº2 de Paraná. La Justicia Federal lo investigó como un integrante necesario dentro de la banda que encabezaba Daniel “Tavi” Celis para actividades de narcotráfico. Según los investigadores, Leguizamón dispuso recursos municipales (como camiones de recolección de residuos sin GPS), al servicio de la actividades delictivas encomendadas por Celis. Para eso contó habría contado con la colaboración de Hernán Jesús Rivero, el encargado de la UM2, y de Cristina Silva otro empleado municipal. Además, el Ministerio Público Fiscal de la Nación, a Leguizamón y su esposa Miguela Fidelina Valde, los sindican como almacenadores y vendedores de estupefacientes.

Este lunes, dos testigos civiles hablaron del allanamiento en la vivienda de la pareja, en el barrio Antártida Argentina, a mediados de junio de 2017.

RAR iba a trabajar cuadno lo paró la Policía Federal en calles Newbery y Avenida de las Américas. “Me llevaron en una camioneta a una casa donde había muchas personas. Cuando entramos un muchacho que corrió y la policía lo siguió. Subió a un primer piso y tiró un paquetito con marihuana en el techo”, contó.

El testigo dijo que él y otro testigo civil observaron todo el procedimiento. “En el lugar había varias habitaciones internas. Fuimos pasando una por una. La policía encontró celulares y muchos televisores. También encontraron armas en un ropero. El operativo duró hasta las 14 o 15”, agregó.

Después se le mostró una foto de los elementos secuestrados y manifestó: “Había cigarrillos de marihuana que fueron hallados en distintas habitaciones”. En ese punto específico RAR difirió con el testigo civil que le siguió.

LGR también depuso sobre ese mismo procedimiento policial. Dijo que a la casa de Leguizamón entró primero el grupo GEO de la Policía y después los testigos civiles. Aseguró que encontraron “celulares, cocaína, marihuana y una balanza”. “La droga estaba en distintos lugares y distintas habitaciones”, acotó pero se diferenció de RAR. “Los cigarrillos de marihuana estaban todos juntos en un monedero o sobre, tipo un neceser floreado”, aseveró y sobre el domicilio describió: “Eran 3 casas en el mismo domicilio. Cada casa tenía habitación, baño y comedor”.

En otro tramo de su relato, LGR reconoció que cuando la policía entró al lugar “un muchacho corrió y tiró una bolsita con marihuana al techo”. “Todo el operativo fue tranquilo, no hubo maltrato ni gritos”, calificó y por último agregó: “En la puerta de entrada había un auto rojo estacionado. No sé de quién era”.
El tanque rojo
Enrique Maximiliano Pepe era jefe de Servicios en la Policía Federal de Paraná. Por eso participó de varios operativos, aunque dijo no conocer la investigación que se ventila en el edificio de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná.

Contó que secuestró “un tanque cisterna rojo que estaba almacenado en una especie de hangar”. “Era para almacenar 1500 litros más o menos. Recuerdo que tenía una inscripción con letras y una especie de bomba”, detalló, en referencia a la palabra “Giaroli” que está sellada en el tanque y posteriormente se observó en las fotos del expediente.

El policía dijo que cuando lo secuestraron, el conteiner “tenía un poco de líquido”. Se explayó además sobre la construcción edilicia en la que se guardaba el tanque. “Era una lugar desmejorado, con techo de chapa. Había chatarra, tornillos oxidados. Pero el tanque estaba en óptimas condiciones”, contrastó y agregó que “el enganche del tanque estaba para el lado de la puerta del galpón”.

“La orden judicial era para buscar eso”, se encargó de remarcar el policía más de una vez. Es que, según dijeron después algunos abogados defensores, “la orden judicial era para requisar donde baje una aeronave o haya droga”.

Pepe también estuvo encargado de trasladar la avioneta luego del secuestro. “Primero se sacó el tablero y GPS de la avioneta, se sacó una tarjeta de memoria. Después, en una fase secundaria se trasladó la avioneta en un camión a los hangares del Ejército”. Sobre el combustible que necesita el aparato de aviación, el policía dijo: “No conozco de aviación. Sé que se puede usar nafta común pero no tiene el mismo rendimiento que el combustible específico”.
El cartel del MOV
El mismo policía también participó en otro operativo para la causa. Fue un procedimiento en la imprenta “Punilla” de calle Colón. Allí se secuestró documentación contable, facturas. “El dueño aportó una especie de chapa de 70 centímetros por 80. No estaba en la imprenta sino en otro lugar. Cuando fuimos a buscarla se trataba de una chapa para grabado de publicidad o propaganda de estilo político”, refirió.

Cuando se le mostraron las fotos del procedimiento al policía y se amplificaron por el monitor, se vio un cartel con las letras MOV 2015. Se trata del Movimiento Vecinalista Oeste, agrupación comandada por “Tavi” Celis hasta que cayó preso en 2017 por un robo violento. Sobre este punto hay que recordar la declaración indagatoria de Cristina Silva, quién aseguró que Celis cedió la estructura del Movimiento Vecinalista Oeste para la campaña de Cambiemos en 2015.
Las oficinas de Bordeira y Varisco
Entre otras actividades, el policía Pepe pasó por la oficina de la funcionaria Griselda Bordeira en el Palacio Municipal. “Cuando fuimos Bordeira no estaba, había una empleada. Se secuestró mucha documentación. Fue personal especializado en documentos contables. También se incautaron CPU, dos notebooks y una agenda”, enumeró.

En el despacho de Sergio Varisco, el intendente de Paraná, el policía recordó: “Secuestré dos celulares. A uno lo tenía la hija que estaba en una oficina al costado. Varisco no estaba en el lugar pero se apersonó”.
La detención de Rivero
El mismo policía participó de la detención a Hernán Jesús Rivero. “Llegamos a una casa en una ochava. Afuera tenía un gran jardín y había una camioneta Nissan y una moto estacionadas. La casa tenía una habitación y un lugar de almacenaje. No tenía ventanas que dieran a la calle. En el lugar estaba Rivero y su pareja. Le secuestramos el celular”, recordó.
“Céparo nos pidió el tanque para combustible”
Uno de los hermanos Ghibaudo decidió declarar este lunes. Omar Horacio se levantó de su silla cerca de las 13. Estaba sentado al final de la sala de audiencias, al lado de su hermano José Raúl. Así se han ubicado los hermanos en la mayoría de las jornadas, uno al lado del otro. Los Ghibaudo son hombres de campo. Visten bombacha y hablan con el ritmo característico de los gauchos entrerrianos.

“Al tanque de combustible lo compramos como en 2012, unos 2 o 3 años antes de esto. Era 0 kilómetro. Lo usamos dos veces para el tractor, el camión o la camioneta. Un día vino Céparo (Luis Orlando) y vio el tanque. Nos pidió que se lo alquilemos o prestemos, porque necesitaba llevar combustible para una avioneta que iba a fumigar en María Grande”, contó Omar Ghibaudo.

“Otro día volvió Céparo con otro hombre que no conozco. Llegaron en una camioneta negra pero no tenían enganche. Por eso nos pidió que llevemos el tanque a María Grande. Le dije que sí porque me serviría para ir a ver unos animales. Antes de salir limpiaron el tanque con unos diez litros de nafta. Después fuimos a una estación de servicio. El hombre que andaba con Céparo me quiso dar la plata para que le cargue combustible, pero no se la acepté porque no lo conozco. Por eso en la estación de servicio pagó Céparo. Querían hacer una boleta a nombre nuestro pero le dije que no, porque no teníamos cómo justificar la compra de unos 450 litros. Después fuimos al campo. Tuvimos que dejar el portón sin candado porque la avioneta podía llegar en cualquier momento. Pero como llovía guardamos el tanque adentro de un galpón. Nos gusta cuidar las cosas”, declaró.

Los Ghibaudo en realidad son 4 hermanos, Omar y José están imputados en esta causa, la denominada Narcoavioneta. “Somos una Sociedad de Hecho y tenemos 100 hectáreas. 40 las heredamos de papi y 60 le compramos a una tía”, dijo Ghibaudo y reconoció que gran parte de ese terreno es monte nativo. “Teníamos feedlot y comprábamos cereales en Viale para alimentar los animales”, agregó.

En otro tramo de su declaración aseguró que “al monte lo consiguió Céparo para fumigar”. “Él andaba en eso. Nosotros lo conocimos sembrando”, acotó.
Otros testimonios
Para la Fiscalía, Patricio Larrosa fue colaborador de Miguel Ángel “Titi” Celis. Su vinculación con el caso es por la causa Narcoavioneta. Uno de los testigos civiles que pasaron este lunes por el TOF, se refirió al allanamiento en el domicilio de Larrosa. “Fuimos a calle Sarove. Entraron los policías y después nosotros. Estaba la mamá del muchacho. Él llegó cuando nos estábamos yendo. Los policías habían llevado un perro pero no encontraron nada”, aseveró.

Por otro lado también declaró el policía Diego Javier Amaya. Participó en el allanamiento a la casa de Leguizamón. Refrendó las actuaciones policiales pero no aportó mayor información.

En la audiencia del martes 22 está previsto que declaren otros tres testigos civiles: Orlando Ramón Lescano; José Ignacio Meli y Jesús Enrique Rodríguez. También habían sido citados Sandra Inés Ramírez y Alan Riffel Micheloud, pero los domicilios que constan en la causa son inexistentes. Tampoco están en condiciones de asistir los oficiales de la PFA Gustavo Sponza (de licencia anual hasta fin de mes) y Oscar Kinderknecht, detenido en el marco de una investigación por su presunta vinculación con una banda narco.
Fuente: Análisis Digital - APF

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