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La construcción, con varios años de abandono encima, fue declarada patrimonio histórico y de interés cultural de la ciudad santafecina de Rosario. Sin embargo, en el mercado inmobiliario, la propiedad se ofrece para la demolición y la construcción de un edificio.

La casa de Avenida Alberdi 1040 fue lugar de descanso del general Justo José de Urquiza, denominada en aquella época “Paraje El Arroyito”. Los vecinos de la zona la miran con recelo, ya que les produce escalofríos y desprende una “mala vibra” que -dicen- se percibe en el ambiente. Fue apodada por ellos como la “casa de los fantasmas”, debido a misteriosos sucesos ocurridos en su interior que pondrían los pelos de punta a cualquiera.

En un principio, fue un parador de carretas llamada popularmente “la casa de Urquiza”, ya que este la utilizaba para descanso de sus tropas en las incursiones hacia otros puntos de la región. Los relatos transmitidos oralmente también indican que el general San Martín y sus soldados acamparon en el lugar en 1813, rumbo a la épica Batalla de San Lorenzo.

Se comenta que hay algunas tumbas enteradas inclusive hacia los costados subterráneos de las fincas linderas y de varias muertes de soldados y viajantes en el lugar, en típicas grescas donde el alcohol corría de más en las épocas del parador. Se sabe, armas y alcohol nunca fueron una buena combinación.

Entre varias apariciones espectrales, se habla de la presencia de don Pacífico Mateklicam y Eustaquio Rodriguez. Los vecinos constantemente hablan de gritos, carcajadas, sollozos y, sobre todo, constantes ruidos de cadenas que se oyen hasta el día de hoy, lo que motiva la reticencia para habitarla como describe Rafael Ielpi en su libro "Rosario del 900 a la década infame".

Algunas personas han afirmado que, al pasar por la casa, una voz les susurra al oído su nombre, sensación de frió en el lugar independientemente de la temperatura, en algunas noches una niebla extraña en el patio interior y hasta el sonido del relinche de caballos, son algunos de los otros hechos descritos.

En las últimas décadas, como si de una maldición se tratase, todos los emprendimientos que se intentaron allí han fracasado: el jardín de infantes y la parrilla, entre otros. La última actividad fue del boliche bailable She Move, que perduró algunos años con una actividad muy conflictiva y varios hechos de violencia en su haber.

Actualmente solo se conserva la fachada, puesto que en el interior todas las paredes han sido tumbadas, quedando un gran salón dividido en dos y un pequeño patio trasero y un pasillo lateral.

Algunas personas afirman en los últimos años haber visto sentado en el ventanal que da al frente al mismísimo Urquiza.

Embrujado o no, es una pena el estado actual de un edificio con tanto valor arquitectónico, patrimonial e histórico.
Fuente: Rosario Paranormal

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