Había un trabajo sigiloso de vigilancia que se estaba haciendo. Pocos sabían que personal de la División Investigaciones de Gualeguaychú estaba siguiendo a un hombre en Buenos Aires. La atención estaba centrada en el otro procedimiento que se había realizado, en donde se había identificado a una pareja, y esto es lo que benefició a los investigadores para dar con el supuesto responsable.
Durante dos días esperaron el momento preciso para valerse de pruebas que comprometieran al sospechoso y así sucedió. El hombre bajó la guardia al enterarse de los procedimientos en Gualeguaychú y no tuvo empacho en gastar más de 120 mil pesos en la compra de un Volkswagen Gol el mismo día en que se conoció el crimen. Para ese entonces ya había sospechas sobre un hombre que había llegado a Gualeguaychú el lunes por la mañana y que había abandonado la ciudad esa misma noche. Ese viaje relámpago quedó grabado en cámaras de seguridad, que le permitieron tener a los investigadores la fisonomía del sospechoso y hacia dónde viajaba.
Su estadía en Gualeguaychú coincidió con el horario de muerte de José María romero, el ex Teniente Coronel que fue hallado muerto en el departamento que alquilaba en calle San Martín al 300. Había sido su abogado el martes al mediodía quien descubrió el cuerpo, pero tras la autopsia que realizó Marcelo Benetti se determinó que el horario de fallecimiento databa de al menos 12 horas antes.
Cómo llegan al detenido
Luego de conocido el crimen, comenzaron a investigar el entorno de José María Romero. Se sabía que conocía a su victimario porque la puerta no tenía señales de violencia y por lo tanto el hombre le había abierto a su victimario. Fue gracias a esta tarea investigativa que se llega a dar con una mujer que había realizado tareas de limpieza y que tenía parientes con antecedentes.Al parecer, el detenido había realizado trabajos de mantenimiento en el departamento de Romero durante el verano y habría notado el buen pasar económico del anciano de 84 años, que se había retirado con la jerarquía más alta del Ejército.
El operativo en Campana
Los dos días de los funcionarios de Investigaciones, entre los que estaba el subjefe de la División Homicidios de la policía de Entre Ríos, pasaron de forma sigilosa, estudiando los movimientos del sospechoso. Una vez que se decidió que era momento de actuar, se libró la orden de allanamiento y se allanó la casa del sujeto de 33 años en el barrio San Felipe.El procedimiento comenzó a las 15.30 y se extendió hasta poco después de las 17.30. Durante esas dos horas se inspeccionó minuciosamente todo el inmueble y se encontraron tres armas de fuego propiedad de la víctima. Luego, en una bolsa, hallaron documentación de todo tipo de Romero, entre lo que se encontraba el DNI y el carnet de conducir de la víctima.
Pero además hallaron unos 25 mil pesos, precintos del mismo tipo que le colocaron en las muñecas al cuerpo. Encontraron ropa que tendría rastros de sangre que deberá ser peritada en Paraná y la vestimenta que coincide con los registros fílmicos que la Policía secuestró en Gualeguaychú.
Algo muy importante que sucedió durante el allanamiento fue la supuesta confesión del sospechoso. Si bien esta declaración carece de validez judicial, el detenido se habría quebrado ante los policías que lo detuvieron y además se le constató una lesión en su mano izquierda que sería compatible con los golpes que recibió la víctima.
El personal policial que actuó en el procedimiento, viajó hacia Gualeguaychú durante esta madrugada con todo el material secuestrado que servirá como prueba para imputar al detenido del delito de homicidio criminis causae, que tiene una pena de prisión perpetua.
En tanto que el detenido será trasladado a Gualeguaychú la semana próxima y será indagado por el fiscal Sergio Rondoni Caffa. Con todos los elementos secuestrados, la situación judicial del aprehendido es muy complicada y los investigadores habrían dado por esclarecido el crimen.
