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El fallo fue un claro mensaje. Para adentro y para afuera. Sergio Varisco siempre negó todas las vinculaciones con el jefe narco Tavi Celis, pero era parte de su negación permanente. La misma contestación podía tener si le cuestionaban el festival de contratos en el municipio, los pozos nunca tapados de la ciudad o el déficit millonario de las arcas públicas. La respuesta era la misma. Directamente porque no le importaba solucionarlo; ya habían acabado con él políticamente, merced a ese pacto con el diablo que la sociedad jamás le perdonó y no existía margen alguno para revertir ese pozo oscuro y sin fin en el que el ahora exintendente ingresó a fines de 2015. Varisco pasará más de seis años preso por abrirle las puertas al narcotráfico, pero la decisión del reconocido y respetado Tribunal Oral de Paraná debe ser también una advertencia para los nuevos administradores del poder municipal. Buena parte de esa estructura que ingresó a la comuna, de la mano de Celis y la complicidad de Varisco, sigue estando en varias oficinas; cobrando sueldos. Están también aquellos que durante casi cuatro años percibieron remuneraciones, horas extras y módulos de productividad, aunque nadie los vio jamás donde estaban asignados. Son de Paraná y también de Santa Fe.

Si el intendente Adán Bahl (PJ) no los detecta y los eyecta del municipio, seguirán profundizando las vinculaciones del municipio con el narcotráfico. Porque no tienen límites y la estructura comunal les sirve. Además, no dudarán en seguir los lineamientos de Celis y de sus aliados, por más que estén entre rejas. Estar en prisión nunca fue un problema para ninguno de los jefes narcos de Entre Ríos. Los nichos de corrupción en determinadas estructuras del servicio penitenciario son también una realidad. Todo se arregla; todo tiene precio puertas adentro.

Varisco pasó a ser un muerto político. Lo era ya quizás el día después de las elecciones, cuando el electorado le dio la espalda. Pero el narcotráfico se reconfigura y tiene brazos inalcanzables e impensados. Pueden cobrar fuerza en sectores gremiales, en algún ámbito político o en determinado nicho periodístico, que no tendrá problemas en aceptar aportes económicos a cambio de un lavado de imagen de tal o cual referente. Para eso están los mercenarios. Viven de eso; se hicieron millonarios con esas actitudes camaleónicas, de decir un día una cosa y una semana después sostener absolutamente lo contrario, sin importarles nada.

El anticipo del fallo que condena a Varisco y sus aliados fue un ejemplo para la historia política y judicial de Entre Ríos. Pero también dependerá del camino que debería abrir esa resolución. Son momentos que no deberían desaprovecharse, en pos de una mejor sociedad. Depende de muchos. De los de adentro, pero también de los de afuera. La historia no termina en Varisco. Es solamente un punto de partida.

Por Daniel Enz
Fuente: Análisis Digital

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