En el mercado, los feriantes ofrecen a la venta antigüedades mayores a treinta años, como objetos de plata y alpaca, porcelanas, muebles, cuadros, bijouterie y juguetes de colección.
Ya lleva más de veinte ediciones en sus cuatro años de vida, y se consolidó como punto elegido por los amantes de la decoración y el buen gusto y sin dudas es el lugar de cita obligado para coleccionistas.
Con puestos exclusivos dedicados a artículos de iluminación, platos, juegos de cubiertos y hasta herramientas antiguas, entre otros, el mercado abre al público entre cuatro y cinco veces al año, proponiendo un paseo por viejas épocas a través de los objetos, paseo que es también musicalizado con temas de antaño a cargo de quien vende allí antiguos long plays.