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Ahmad y Alia son una pareja iraquí que junto a su hijo bebé, Adam, de cuatro meses, viajó desde Bagdad hasta Alemania, atravesando en su camino Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria.

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En su llegada a Alemania, a bordo de un tren procedente de Viena junto a otros refugiados de Medio Oriente, los jóvenes celebraron el inicio de lo que será una "vida hermosa" lejos de las bombas y la guerra.

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En la semana transcurrida desde que huyeron, la pareja eludió una detención de las patrullas fronterizas, durmió a la intemperie y escapó de ladrones y traficantes, debiendo soportar, además, condiciones climáticas que dificultaron su peregrinaje.

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La pareja tomó la decisión de huir de Irak en febrero de 2014. Diez días después de comprometerse con Alia, Ahmad la llevó a cenar a un restaurante. "Hubo una explosión y los vasos nos estallaron en la cara", recordó él. Las cicatrices todavía son visibles, sobre todo en el rostro de Alia, hija de un profesor universitario pero a quien los islamitas radicales le impidieron continuar sus estudios.

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Debido al gran número de refugiados y migrantes que llegan a Alemania, pueden transcurrir meses antes de que la familia tenga un lugar decente para llamar hogar. "Todavía tenemos un largo camino por delante", dijo Ahmad. "Gracias a Dios, lo hemos logrado", agregó, considerándose, a pesar de todo, afortunado.

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Fuente: AFP y El Observador de Montevideo

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