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Del 9 al 16 de noviembre, por resolución del Consejo General de Educación, tiene lugar en las escuelas de Entre Ríos la semana de recordación de la Shoá.

La fecha se eligió porque coincide con “La Noche de los Cristales” que fue un pogromo, o sea un asalto violento a las personas y propiedades judías de Alemania y Austria. Eso ocurrió entre el 9 y 10 de noviembre de 1938.

Miles de sinagogas fueron incendiadas en ambos países donde ya se estaba conformando lo que se llamó el Tercer Reich.

También miles de negocios fueron incendiados y sus vidrieras rotas. De allí el nombre de La Noche de los Cristales: 90 judíos fueron asesinados y miles fueron enviados hacia campos de concentración, al día siguiente.

En realidad, el pogromo como tal fue ejecutado por grupos parapolíticos pero el Estado nazi prohibió y ordenó no actuar. Es decir, ni la Policía debía evitar los actos de violencia ni los bomberos apagar los incendios, salvo que propiedades de alemanes no judíos estuvieran en riesgo.

Este salto significativo de la violencia legal, como habían sido las Leyes de Núremberg, a una gran violencia física fue cualitativo que, si bien no marca el inicio de la Shoá que como tal fue entre 1941 y 1945 porque en realidad corresponde a la etapa del asesinado masivo, fue de todas maneras muy importante porque de alguna manera fue naturalizando en ambas sociedades, la austríaca y la alemana, la violencia.

Al año siguiente, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el contexto internacional fue el marco y el ámbito en el que se comenzaron a pergeñar y planificar las etapas del extermino que conocemos como Holocausto o Shoá.
La “Noche de los Cristales”
(*)

Nosotros morimos tres veces.
La primera en nuestra carne,
la segunda en el corazón de aquellos que nos sobreviven
y la tercera en sus memorias,
que es la última tumba
y la más glacial”
Comunidad Wayúu (Península de Guajira)


Persecuciones, matanzas, sinagogas quemadas, comercios destruidos, judíos asesinados, miles de personas enviadas a los campos de concentración: la noche de los Cristales Rotosfue la masacre que daría comienzo al horror vivido en Alemania en aquel noviembre del año 1938.

Más de treinta mil ciudadanos fueron reportados a los campos de concentración. La destrucción masiva agravó la situación inundando en la desesperación los barrios alemanes que, con el tiempo, quedaron en la desolación total. Las intenciones del gobierno nazi seguían reforzando su cometido: esa noche fría estallaron los cristales y los judíos fueron apaleados en las calles, asesinados, saqueados y destruidos en cuerpo y alma.

¿Qué posibilidades cabían de que el antisemitismo terminara de una vez? Estos sucesos fueron noticias a nivel mundial y provocaron un escándalo creando la posibilidad de que algunas naciones comenzaran a aceptar refugiados de Alemania, pero ¿por qué no tuvo resultados?

“Serían las tres o cuatro de la mañana cuando súbitamenteme vi arrancado del sueño por un sonido de vidrio y vajilla destrozados (…) Ahora el miedo se torna en algo vivo, miedo por la vida y por la seguridad de mis padres, que representaban mi propia seguridad. Era como ahogarse. Permanecí sentada, entumecida y conmocionada, mirando sin emitir sonido cómo las hachas volaban hacia la madera crujiente de los muebles…El mobiliario fue destrozado, viejas mesas y sillas de roble y de nogal quedaron sin patas, las alfombras rajadas, las cortinas arrancadas, las maderas del piso hechas astillas y muchas ventanas destrozadas, con la fría y negra noche entrando como en tropel. Todo había sido muy bien organizado…”, palabras de Hannele Zurndorfer, niña de 11 años (Alemania).

El hostigamiento siguió su curso como un río furioso que no puede ser atravesado. A partir de ese día se prohibía la reapertura de negocios de propiedad judía. A partir de ese día la vida de muchas personas se haría mucho más difícil.

La sensibilidad ante temas contundentes debe ser perpetuada para no olvidar la persecución que vivenciaron hace varios años atrás miles de personas. Debemos recordar, adquirir conocimiento sobre lo que pasó en la historia y debemos HACER algo con eso que aprendemos.

El mundo necesita extinguir el racismo, la xenofobia, la discriminación, el hostigamiento en todos los ámbitos. Cada uno puede aportar su granito para mejorar las actitudes y convicciones que beneficien la convivencia pacífica. En definitiva: educar en valores no será suficiente, pero será un factor radical para entender la complejidad de factores y encaminarnos en un mundo mejor.

(*) Por Diana Palma.

Bibliografía consultada:
Apuntes del Seminario internacional – YadVashem (2015)
Tatelbaum, I. (2014): A través de nuestros ojos, YadVashem, Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto.
Fuente: El Entre Ríos.

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