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Un extraño episodio ocurrió este martes por la mañana en el Centro Provincial de Convenciones. A las 11, en ese lugar se desarrollaría una reunión entre el gobierno que conduce Gustavo Bordet y los gremios Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y Unión Personal Civil de la Nación (UPCN).

Cuando estaban todos los funcionarios y los representantes gremiales -sólo faltaba llegar el gobernador-, los integrantes de UPCN se levantaron y se fueron, impidiendo el normal desarrollo del encuentro.

Sucede que la ministra de Salud, Sonia Velázquez, hizo respetar la medida de restricción que tiene con el diputado José Ángel Allende, luego que lo denunciara en la Unidad Fiscal de Violencia de Género por hostigamiento. Por eso, en forma unánime y detrás de su máximo conductor en la provincia, UPCN se fue del lugar.

“Esto es muy grave, ahora estamos discutiendo en comisión para resolver qué hacemos”, dijo el secretario general de ATE. “El encuentro fue suspendido, cuando UPCN se fue, dejando a 75.000 trabajadores entrerrianos presos de un conflicto con el que no tienen nada que ver”, lamentó.

Tras el episodio, el gobierno decidió convocar a ambos gremios para las 17 de este martes. Es para “la entrega del instructivo que va a recategorizar a 10.000 agentes, luego de un trabajo conjunto de ambos gremios -ATE y UPCN- con Economía”, indicaron desde Información Pública. Además, “se va a comenzar a trabajar en otro para cubrir los cargos vacantes de contratos de servicio”, agregaron.

Cabe recordar que el juez de Garantías número 4, Mauricio Mayer, impuso la medida al diputado Allende por un plazo de 90 días, bajo apercibimiento de que su incumplimiento podría dar lugar al inicio de una causa penal por el delito de desobediencia judicial. Por ende, se le prohibió acercamiento a la ministra Velázquez en un radio inferior a los 200 metros de su vivienda y a cualquier lugar público o privado en que la misma se encuentre. Pero, a su vez, se le prohibió la realización de actos violentos, molestos o perturbadores tanto a la denunciante como a su grupo familiar, por sí o por interpósita persona y por cualquier medio.
Suspensión
“Cuando pidieron que se cumpla la medida, se levantó todo UPCN. Es decir que 75.000 trabajadores del Estado provincial, a quienes estamos representando, sean o no afiliados, quedaron atrapados en un conflicto del que no participan”, cuestionó el dirigente de ATE, Oscar Muntes. Luego se refirió a la “posición intransigente” de UPCN y especuló con lo que hubiese ocurrido si ATE se levantaba en forma unánime como UPCN y se iba del lugar: “Seguro que la reunión se hacía igual sin ATE”.

“Era una reunión muy importante”, valoró Muntes tras el frustrado encuentro y agregó que “se iba a tratar el tema recategorizaciones y el gobernador iba a comunicar la fecha de reapertura de paritarias”, indicó el secretario general de ATE. De inmediato, asentó: “Nadie puede estar por encima de la Justicia que dispuso una restricción. Hay que cumplir esa medida y ahora los trabajadores quedaron atrapados en un problema del que no son parte”.

En el lugar estaba todo el Gabinete provincial, sólo faltaba llegar el gobernador. “Todo quedó muy enredado. Ahora estamos discutiendo en comisión qué medida vamos a tomar para resolver esto”, dijo este martes por la mañana.
Agresiones, mensajes y amenazas
El programa televisivo Cuestión de fondo (Canal 9 Litoral), dio a conocer el 31 de octubre el contenido de la denuncia que la ministra de Salud, Sonia Velázquez, interpuso ante la Unidad Fiscal de Violencia de Género, tras las agresiones por parte del diputado provincial José Allende (PJ) en un acto político. Pero la funcionaria no se circunscribió a ese episodio, sino que relató pormenores de una situación de hostigamiento por parte del también titular de UPCN que data desde la integración de Velázquez al gabinete de Gustavo Bordet.

En la denuncia, Velázquez contó que en un acto oficial estaba sentada en primera fila, junto a sus pares de Desarrollo Social, Laura Stratta, y de Gobierno, Rosario Romero. Indicó que en un momento se le acercó el diputado Allende y le manifestó: “No mires para otro lado. Che, saludame”. Y le insistió: “Te estoy hablando”. Velázquez lo saludó y el legislador y secretario general de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) le dijo, en dos oportunidades: “Cuándo nos vamos a sentar a arreglar vos y yo”. Velázquez le respondió que “no tenía nada que arreglar” con él y Allende le contestó: “Por qué no te vas un poco a la mierda”. En ese momento, Romero le pidió un poco de calma al legislador y le señaló que no era el momento ni el lugar para instancias de ese tipo, tras lo cual se retiró del lugar.

Velázquez relató, además, que ha venido sufriendo situaciones de violencia de parte de Allende desde el comienzo de su gestión y que, incluso, dijo que de ello pueden informar varios de sus allegados.

Recordó ante el fiscal Dato que, en Casa de Gobierno, en su despacho, en el mes de abril, el diputado del PJ llegó una noche, a eso de las 20, y pidió hablar con ella. “Sonia son cinco minutos, no te vamos a robar más tiempo”, le manifestó de entrada, acompañado de otra dirigente de UPCN y le acotó: “Lo de Diamante no da para más. Quiero que eches a la directora. Te ordeno que eches a la directora”, enfatizó, en referencia a Noelia Trossero, a quien varios representantes del gremio estatal profirieron amenazas y ello derivó en un juicio que tendrá sentencia la semana próxima.

Velázquez le respondió a Allende que no había motivos para relevarla del cargo a la mencionada directora y que nadie le iba a exigir tal instancia, salvo el gobernador. “Te lo ordeno”, reiteró Allende. Veláquez le respondió: “Sólo me ordena el gobernador”.

De acuerdo a la denuncia de la ministra, Allende se enfureció y empezó a decirle “vos sabés quién soy”, “no me atendés el teléfono” y “yo fui el presidente de la Cámara de Diputados”. En esa reacción, Allende no dudó en criticar duramente la gestión en Salud, reprochar los nombramientos en el área y le lanzó una dura advertencia si “tocaba” a la coordinadora de Salud del departamento Nogoya. “Te prendemos fuego”, le espetó.

Velázquez dijo además, en su denuncia, que la conversación derivó en “agresiones verbales y amenazas”, por lo cual optó por levantarse y los invitó a retirarse del despacho, porque “en esos términos no podíamos seguir conversando”.

La ministra también denunció otro episodio en el Hospital San Blas de Nogoyá, el último 10 de octubre, cuando había concurrido a entregar aportes y una ambulancia. Reveló que Allende comenzó a proferir gritos cuando ella comenzó a decir unas palabras ante los presentes y empezó a moverse en el hospital en actitud intimidatoria. La alta funcionaria acotó, además, que si bien Allende no participó formalmente del acto, pese a que había sido invitado, decía todo el tiempo, a viva voz, que él no estaba allí “para hacer bulto”.

Velázquez le describió al fiscal que se sintió “una vez más, angustiada, porque era una actividad institucional importante para la comunidad de Nogoyá y Allende con su actitud molestaba e incomodaba a todos los presentes. Es más -dijo la ministra-, se quedó hasta el final del acto. Fue una situación desagradable para mí, los que me acompañaban y los presentes”, agregó.

La ministra aseguró también que “todo este hostigamiento, agresiones permanentes y pedidos por mi gestión fueron repetidos también por Allende - vía mensajes de texto y llamados-, los cuales he hecho saber a funcionarios que trabajan conmigo y, por ende, decidí bloquearlo aproximadamente en fecha 29 de agosto”.

“Soy consciente del significado de esta denuncia, pero este último hecho, el del miércoles, colmó todas las formas y actitudes que se pueden tener. Son intolerables, son degradantes y contradicen el espíritu con el que asumí la función. Las políticas en violencia de género constituyen una política que trabajamos y promovemos”, afirmó finalmente la funcionaria provincial.
Fuente: Análisis Digital

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