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Atravesar una enfermedad con una importante connotación social, el costo emocional de no asistir a la escuela, un posible síndrome post y cómo salir fortalecidos son algunas de las inquietudes a las que responde el Lic. en Psicología Germán Bercovich (M.P. 1505), coordinador de la Dirección de Salud Mental dependiente de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, durante una entrevista con El Entre Ríos.

¿En qué cambió la psiquis de los argentinos después de 10 meses de pandemia?

-Los estudios que se han hecho dan lo mismo a nivel mundial, en general dan mal. No quiere decir que todas las personas hayan sido afectadas de igual manera, pero en líneas generales no son buenos los resultados. Hay más prevalencia de síntomas ansiosos, depresivos, mayor consumo de sustancias, deterioro de la vida intrafamiliar y los vínculos, y aumento del riesgo del suicidio.

Lo que sí es más propio del tercer mundo es el deterioro de la situación económica, ya que en estos países hay más informalidad y desocupación, y esto siempre está asociado a mayores problemas mentales.

-Desde su mirada como psicólogo, ¿cómo estuvo manejada la pandemia por parte de nuestras autoridades?

-No había demasiadas posibilidades de un costo cero o de un costo bajo. Se pusieron muchos dispositivos de atención, incluso en la provincia, para no dejar a la gente a la buena de Dios con su angustia. Desde ese lugar, no me parece que haya estado mal manejada.

En Concepción comenzamos con la atención presencial el 18 de mayo, que fue bastante temprano. Antes ya estábamos atendiendo telefónicamente con una línea que continúa hasta hoy, y no creo que haya sido una excepción.

-¿Cómo es atravesar una enfermedad en la que están puestas todas las miradas, con una connotación social tan fuerte?

Hicimos campaña para la no discriminación de las personas con Covid, sobre todo al inicio de la pandemia, para no agregar presión social a quien tiene la enfermedad.

En personas que tienen más predisposición a la ansiedad o la depresión, el contexto social y mediático puede influir. Probablemente la presión de sentirte discriminado o evaluado, permite que además del covid desarrollen síntomas complementarios que no ocurrirían si uno tiene otra enfermedad.

-Cuando se habla de clases presenciales o virtuales, se habla generalmente de la calidad del aprendizaje con una u otra modalidad. Me pregunto por el costo emocional de no concurrir a la escuela, que quizá es imperceptible.

-Hasta hace poco, que se descubrió que los niños y adolescentes parecen no ser vectores centrales de transmisión, se elegía entre que los chicos vayan a la escuela y aumenten los contagios o que no vayan y paguen el costo emocional, además del costo en el conocimiento, en la dinámica familiar y en lo económico, porque a veces los padres no podían ir a trabajar.

El costo emocional está, sin dudas, porque los chicos pierden vinculación. Es un área central extrafamiliar, ya que algunos van al club pero la mayoría va a la escuela y después están en la casa. Vincularse con variedad de gente y situaciones enriquece la personalidad, y esto se perdió.

En el caso de los adolescentes, la figura de los docentes es importante porque son autoridades que ofician de guía y con ellos manifiestan menos rebeldía que con los padres. También el desarrollo de la empatía y la capacidad de relacionarse, para lo que la escuela es un campo de entrenamiento. No es lo mismo el lenguaje escrito o virtual.

-¿Habrá un síndrome post pandemia?

-La Organización Mundial de la Salud dijo que la próxima pandemia es de salud mental. Probablemente deje algún efecto. En Francia cuando terminó la primera ola, se saturaron los servicios de salud mental y aumentaron las internaciones, todo derivado supuestamente de lo que pasó. Hay cuadros que se despiertan por un factor estresante y después permanecen, a veces atenuados, otras iguales o aumentados. Pero una vez que algo se despierta es difícil prever si se va a ir o no con el estresor; en muchas personalidades llegó para quedarse.

-Las crisis son momentos por los que uno generalmente no elige pasar, pero sin embargo pueden ser una gran oportunidad de crecimiento interior. ¿Qué nos recomendaría para salir de esta pandemia fortalecidos?

-Se ha demostrado que muchas personas pueden ser dobladas a este nivel sin quebrarse. Esto fue muy exigente y quizá hay gente que descubrió fortalezas como la flexibilidad y la tolerancia a la frustración. También muchos vínculos han sido sometidos a estrés por la falta de calidad y presencialidad, uno puede sacar conclusiones de su capacidad para vincularse y de cómo está rodeado.

Lo que es vital para quienes lo necesiten es asistir a los servicios de salud mental, donde se suele atender a muy poca gente en relación a la que sufre, porque la gente no suele acudir cuando tiene dificultades a nivel emocional. No sé si siempre la consulta debe ser con un psicólogo, psiquiatra o psicoanalista, pero sí con algún agente de salud que puede ser el pediatra del hijo o el médico generalista.

Es vital identificar qué piezas se movieron dentro de uno y están haciendo ruido y acudir al servicio de salud. En general, la negación de los síntomas o el aislamiento no conducen a nada bueno.
Fuente: El Entre Ríos

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