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A mitad del camino o incluso menos. La famosa segmentación energética anunciada por Sergio Massa al asumir la cartera de economía debía estar concluida en marzo pasado. Para ese entonces, los usuarios residenciales N1 que no se hubiesen inscripto en el registro habilitado para mantener el subsidio, debían estar pagando el precio pleno de la energía. Según anunció el propio ministro, la totalidad de los subsidios se iba a retirar en tres tramos: en septiembre-octubre el 20%, el noviembre y diciembre el 40%, y en enero-febrero el 40% restante.

Sin embargo, lejos de una cobertura del 100%, hoy este segmento abonará el 41% de lo que costará generar la energía para los meses de mayo a octubre, según los propios cálculos de Cammesa, que administra el mercado eléctrico nacional, y que acaba de publicar su programación semestral sin novedades en la cobertura de subsidios que asume el Estado nacional. El último tramo no se aplicó y el segundo fue menor al anunciado. No hay novedades sobre cómo continuará el proceso, revela un informe publicado por diario La Voz, de Córdoba.

Es más, los datos globales son peores que un año atrás: el porcentaje global de cobertura de los usuarios estará en los próximos meses en el 40%. El año pasado estaba en el 36%, pero en el 2021 en el 43%. O sea, se avanzó poco en la reducción del déficit público asociado a los subsidios energéticos. Por eso la objeción planteada por el Fondo Monetario Internacional en su último informe sobre el país: al final, los cambios han sido menores de los anunciados.
Números
Según la programación mayo-octubre, generar y transportar un MWh costará 23.242 pesos, teniendo en cuenta la disponibilidad local y los costos de lo que se importe, de acuerdo a las proyecciones de demanda estacional de Cammesa. Los únicos que pagan ese precio son los grandes usuarios.

Los N1 pagan el 41% de lo que cuesta y el Estado todavía aporta el 59%. Los de segmentos medios pagan el 17% del costo hasta los 400 KWh al mes y el 59% del excedente y los de segmento bajo pagan el 14% de lo que cuesta y el Estado cubre el 86%.

En paralelo, los aumentos tarifarios han ido por detrás de la inflación, que interanual marca 102%. La consecuencia de eso es que siguió creciendo la demanda global. Con un dato adicional: la energía barata sin límite de consumo para los hogares de bajos ingresos ha incrementado el consumo: este segmento se lleva el 61% de toda la energía que se destina a los residenciales.

Los N1 representan el 23% de lo consumido y los hogares de ingresos medios, el 14%. El excedente de los 400 KWh apenas representa el 3%.

El dato es preocupante, porque los hogares de menos ingresos, que representan el 40% de los usuarios gastan el 61% de la energía.

El comercio que consume hasta 300 KWh con potencia de 10 kW y sin superar los 800 KWh al mes (los muy pequeños) paga 33% y el resto paga el 43%.

¿Se avanzará con el retiro de subsidios a los N1, como se había anunciado? No está claro. Las distribuidoras de provincias no tienen ninguna indicación al respecto.

El hecho de que Cammesa haya presentado la programación estacional mayo-octubre pareciera indicar que no, aunque podría haber cambios en la cobertura que asumen los usuarios.

Trascendió que dentro de los pedidos del Fondo Monetario Internacional estaba el de seguir avanzando con la quita de subsidios a los N1. También circuló la versión de que bajarían los 400 KWh de tope mensual a los N3. Pero el meollo está en los N2, que consumen mucho en proporción a su participación y pagan apenas el 17% de lo que cuesta esa energía. Parece difícil que con el 39,2% de pobreza y en un año electoral se avance en ese sentido.
Fuente: Diario La Voz

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