“Este año, las cosechas dejan que desear. El trigo va a dar cerca de la mitad de lo que diera el año anterior, y se espera la máquina a vapor día tras día. Tenemos una gran sequía, las pasturas para el ganado están quemadas y el maíz se seca sin echar la raíz principal”, escribía Ferdinand Constantin –emigrado de la Comuna de Arbaz– el 8 de febrero de 1888.
Oriundo de la Comuna de Arbaz, Constantin anunciaba: “El próximo jueves vamos a hacer la segunda procesión para poder obtener del Todopoderoso un poco de lluvia. Esta semana se comienza a cosechar en la viñas”.El 1º de enero de 1894, otra carta expresa: “Hemos tenido una gran sequía desde fines del mes de agosto. Si ahora viniera la lluvia tendríamos todavía la esperanza de hacer una linda cosecha de maíz. La viña tiene dificultades para crecer. Lo que más sufre es el ganado, pues hay muy pocas hierbas y escasea el agua. Gracias a Dios, tengo suficiente heno para darles de comer y bastante agua en mi pozo”.
Las fotografías que acompañan la publicación son actuales y fueron tomadas en la campiña sanjosesina de la familia Richard.