Por Adriana Casco*
Tuve la oportunidad de conocerla en 2022 cuando concurrí al taller de tejidos, en la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER). Allí, entre charlas, risas e historias, se generaban encuentros amenos mientras explicaba pacientemente a cada una la particularidad de cada punto, la manera conveniente, los secretos que solo ella conoce gracias a su vasta experiencia. Así es como desarrolla sus clases, sea donde sea que se realice el taller: en un salón, al aire libre, en la costanera, con pocas personas, con cincuenta, nada la detiene.
Desde hace 27 años brinda su servicio en talleres barriales. En 2022, cuando cumplió 25 de trayectoria, obtuvo un reconocimiento por parte del Concejo Deliberante de Concordia como persona destacada de la cultura y de la enseñanza no formal.
Una cuestión terapéutica y solidaria a la vez
Graciela confirma lo terapéutico que es tejer artesanalmente, cuando relata la historia de una abuela mayor, quien con sus 93 años olvidó las dolencias propias de la edad, sumándose a la tarea solidaria de “Calentitos”, la agrupación declarada de interés municipal que lidera junto a un grupo de tejedoras y cuyo objetivo es tejer cuadraditos de 20 por 20 centímetros, los cuales son unidos prolijamente para armar mantas y ser donadas a quien necesite: sea alguna persona que se encuentra en situación de calle o la casita del hospital “Delicia Concepción Masvernat” donde se albergan mamás que cuidan a sus hijos en proceso de recuperación. A este lugar llevan también escarpines o mantitas para los bebés.¿Cómo nació “Calentitos”?
Graciela cuenta que, en 2015, mientras daba clases, apareció gente pidiendo colaboración. Entonces, se preguntaron qué podían hacer para ayudar. Es así cómo surgió la idea de tejer mantas. Se ocupó de pedir una donación a quien fuera en ese entonces el presidente de CTM, Juan Carlos Cresto. Con ese aporte iniciaron la tarea y la primera producción fue donada al asilo de ancianos “Juana Sarriegui de Isthilart”.Actualmente, siguen recibiendo donaciones de parte de quien desee colaborar con “Calentitos”: agujas, lana e hilos. También, quien quiera aprender a tejer, puede acercarse a su domicilio; ella enseña a cambio de dejar el cuadradito tejido para armar una nueva manta.
El 13 de julio es el día de la tejedora, nuestro reconocimiento y aprecio a la labor que realizan en favor de quien lo necesite, especialmente a Graciela: mujer empática, trabajadora y servicial.
*Estudiante de Comunicación Social