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Crédito: Página Política
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“Esta carta servirá para decirles algunas verdades que no deben olvidar”, comienza escribiendo Abel Vallejos a los senadores entrerrianos. Vallejos es concordiense, médico, héroe de guerra en Malvinas y misionero en África. Casado, padre de dos hijos, abuelo. Durante años, ha llevado adelante junto a su esposa Patricia y a muchos otros misioneros una comunidad en África, sosteniendo a numerosas familias desde lo físico (alimentos, cuidados de la salud) hasta lo profundo del alma (educación, espiritualidad, Dios). Allá le llaman “Kukuma”, el médico que cura el alma y el cuerpo.

Entre Portugal y Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Senegal, trabajó con inmigrantes africanos y dirigió y supervisó una asociación que daba alimento a niños en 9 aldeas. Una especie de médico sin fronteras, además: voluntario ayudando a víctimas del tsunami en Indonesia y del terremoto en Haití.

A Malvinas llegó en el primer avión argentino que tocó tierra y le correspondió certificar la muerte del capitán Pedro Giachino; colgó luego de un mástil congelado la primera bandera celeste y blanca que ondeó en las islas recién recuperadas.

Llegó allí como médico apenísimas recién egresado, sin saber que iba a una guerra, enviado en un avión “a hacer maniobras unos días”, y terminó siendo el médico en San Carlos, Bahía Fox, donde conoció la cara de la muerte y también de la resurrección. “La noche más oscura de mi vida…; 500 bombas conté hasta que clareó el día”, recuerda, hablando de la última noche antes de la rendición.

Ahora, acaba de escribir una carta a los senadores entrerrianos que mañana 29 deben votar sobre el Proyecto de Ley de Aborto en Argentina. Y lo hace “en nombre de centenas de médicos y enfermeros y cuidadores de la salud de Entre Ríos, que no quieren abortar, que no quieren ser violentados en su juramento de cuidar la vida, toda vida, las dos vidas y más”.
Los 10 puntos de la carta
1- Señoras y señores senadores: sus cargos son electivos para una banca que ocupan en nombre del pueblo de la patria, y es a ese pueblo al que representan. Es al sentir mayoritario del pueblo hacia donde el legislador debe inclinarse. Podrán soslayarlo pero no lo podrán ignorar. 2- A los trabajadores de la salud nos obligan a debatir sobre la muerte. Nada más alejado del ideal que aceptamos como vocación y del ideal en que fuimos formados. Nos obligan a debatir la peor de las muertes, la muerte de hijos inocentes, completamente saludables y absolutamente económicos hasta que nacen. Lo hacen para simular preocuparse por la muerte de las madres en mesas de abortos clandestinos, muertes que se evitarían simplemente no abortando.

3 - Nos dicen, como si lo ignorásemos, que se trata de mujeres adolescente o jóvenes solteras, de las cuales, en un porcentaje alto, no desean ser madres. Tarde, señores senadores: cuando la mujer está embarazada, con o sin querer, YA ES MADRE. Pudieron y debieron pensarlo, decidirlo y aún evitarlo ANTES, porque el Estado argentino las asiste y les regala los medios anticonceptivos para uno y otro sexo. Pero no DESPUÉS. Porque ya son madres, y ahora, no pueden decidir si quieren ser madres, ahora solo pueden decidir si quieren matar a su hijo o no.

4 - Luego de 24-72 horas de consumado un acto sexual, sin barreras, en una mujer en estado de ovulación, el óvulo y el espermatozoide se encuentran y es lo último aleatorio que ocurrirá. A partir de allí, una ingeniería perfecta deja de lado las voluntades y se pone en marcha un asombroso proceso íntimamente estudiado por la embriología humana. Y NADA depende de la madre. Salvo casos de enfermedad, TODO lo hace el nuevo ser, aun cuando consta de apenas la primera célula, mitad materna, mitad paterna. Por eso, excepto que se lo aborte con el método que sea, NADA dependerá de los progenitores. Es una vida completa en sí misma y solo es cuestión de tiempo, hasta que el mismo niño desencadena el parto en su mamá. Y al nacer, continúa su vida fuera del cuerpo de la madre. ¿Diríamos que no es persona porque aún no tiene dientes o no camina? Pues muchos abuelos no tienen dientes ni caminan y sin embargo, son enormes personas. Quiero decir que no tener todas las facultades en acto no nos convierte en más o menos personas. Y pensar que todo comenzó y siguió sin interrupciones apenas algunas horas después de una noche de amor.

5 - ¿Se puede evitar el embarazo en las noches de amor? (salvo casos de violación, que ya están legislados, claro) Sí se puede, pero es lo único que se puede evitar. Si no lo hacen, ya son padres, amantes o matantes pero padres, no de un fenómeno sino de una vida tan saludable y segura dentro del útero materno como no lo será en ninguna otra etapa en la vida después de nacer. Sí, señores senadores, NO HAY ningún lugar más seguro en toda la vida humana que el tiempo que hemos pasado en el útero materno, salvo que la madre, o el padre, o los abuelos decidan pagarle a un médico inescrupuloso (¿será que se lo puede llamar médico?), a quien no solo le pagarán por un crimen sino que, además, serán sus mejores cómplices y encubridores agradecidos. A los médicos esto que no podemos evitar nos duele y aún nos da asco. Y ahora que pretenden que ese rol corrupto y salvaje lo cumplamos por obligación, los médicos dignos que amamos y luchamos hace décadas por salvar vidas... ¿tienen idea de cómo nos sentimos?

6 - Pero cuidado, senadores, no solo van por nosotros, van por los legisladores, las primeras víctimas de este proyecto de muerte, ya fueron los diputados y ahora pretenden que sean los senadores y senadoras de nuestra amada provincia provida, los que servilmente voten lo que un grupito desquiciado de porteños (entre los que está el Presidente) han presionado y conseguido no con razón sino con poder. Pretenden que médicos y enfermeros entrerrianos matemos hijos entrerrianos solo porque algunas madres, padres o abuelos y, sobre todo, algunos funcionarios y algunas militantes feministas, lo piden en nombre de un engendro inmoral de Proyecto que nos ofende. ¿Y quieren que, además de legal, sea seguro y gratuito? Senadores, somos grandes... matar hijos nunca será ninguna de las tres cosas.

7 - Son escasas, gracias a Dios y al sistema público y privado de Salud, las madres que mueren por complicaciones por aborto: unas 19 en todo el país el año pasado. Miles mueren por infarto, decenas de miles por cáncer y más de 500 ¡mueren por HAMBRE...! ¿Quieren pagarles a las madres que no desean tener y criar a sus hijos para que los maten con nuestros impuestos y usando y ensuciando nuestras manos profesionales, con dinero del Estado? Es increíble..., quieren pagar por matar niños sanos, saludables, baratísimos. ¿Y mientras tanto, para los tratamientos de niños con cáncer, seguimos juntando tapitas? ¿Y ustedes, en el Senado y en nuestro nombre, no solo lo están discutiendo sin preguntarnos nada sino que “porotean” calculando contubernios de viajes, abstenciones o simplemente compra de voluntades a legisladores cobardes y traicioneros?

8 - Está en marcha una amplia recolección de voluntades, claramente mayoritaria, entre los profesionales de la salud de la provincia y del país. Sabemos que sin médicos no hay abortos. Debemos reconocer, eso sí, que somos individualistas y poco afectos a unirnos o sindicalizarnos. Pero cuando se meten con la vida de nuestros pacientes, la niña de nuestros ojos, la cosa cambia. Nos estamos uniendo y lo haremos muy rápido y, además, conservaremos cuidadosamente, junto a la mayoría celeste de nuestro país (que en las encuestas de medios y de empresas de opinión, revelaron que supera el 65 y el 75% de los encuestados), una clara memoria de quienes votaron qué cosa cuando se trataba de la vida de nuestros hijos e hijas por nacer... Los políticos que voten por la muerte, olvídense de sus carreras: no habrá un voto más para ustedes.

9 – Somos varios ya los colegas que, frente a la posibilidad de que se transforme un delito en un derecho, dejaremos de ejercer la profesión. Nunca imaginamos enfrentar este día. Quien tal vez mejor lo expresó, fue un hombre cuyos muchos errores no empañan él prístino principio que lo recuerda: “la pelota no se mancha”

10 - Según la Constitución, invocamos a Dios nuestro Señor, fuente de toda razón y justicia, para que usted, Senador/a, sea guiado/a por esa leve pero poderosa e inconfundible voz que llamamos “conciencia”, para que decida hacer lo que sabe sin dudas que tiene que hacer. ¿Lo hará usted? Si así no lo hiciere, Dios, la Patria y la enorme mayoría celeste, se lo demandaremos.

Abel Hernán Vallejos
DNI 12.699.274
Médico VGM

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