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La producción porcina siguió creciendo en 2022 a pesar de todas las dificultades de la macroeconomía y de medidas -como el dólar soja 1 y 2- que incrementaron sus costos y le restaron competitividad. El año pasado el crecimiento de la producción de carne porcina fue inferior al 5%, un indicador nada malo en un país en crisis y con créditos que se consiguen a cuentagotas.
7% de crecimiento para 2023
La historia se podría repetir este año, e incluso se espera que el aumento productivo sea mayor y que ronde el 7% gracias a las inversiones que hicieron las empresas más grandes, que pusieron a miles de cerdas en producción y que darán sus frutos en 2023.
Lo que se espera es que esas inversiones agreguen 150.000 toneladas de carne porcina a la oferta que ya genera el sector y que suma unas 730.000 toneladas anuales. Con este salto se alcanzaría una producción cercana a las 900.000 mil toneladas.
“En la producción porcina se gana plata”
El crecimiento esperado es para resaltar, así como también la seguidilla de años en esa senda. En 2002, un año después de la gran crisis, el sector producía 190.000 toneladas. Esto significa que la oferta del año pasado cuadriplicó ese volumen.

Al respecto, el consultor Juan Luis Uccelli indicó que ese gran salto fue posible gracias a la competitividad propia del cerdo, que tiene una muy buena conversión de alimento en carne, y por las inversiones que se hicieron. “Pero sobre todo por algo que nadie dice: en la producción porcina se gana plata y eso se da desde hace 20 años, todos los años en mayor o menor medida. El 2002 fue el último año malo para el sector”, indicó.

El analista destacó que la producción porcina es de las alternativas más convenientes para los inversores, aunque una contra es que se trata de montos altos, cuya amortización se logra a los 15/20 años. Esto explica el lado menos grato del balance anual elaborado por Uccelli, que muestra una importante caída de los productores más chicos a pesar del crecimiento del sector.

“En el sector porcino a veces se gana poco, pero se gana. No sucede lo que pasa con el vacuno que tiene pérdidas de 20.000 pesos por animal en el engorde a corral”, comparó.
Si hay menos maíz, aumentará el costo
A pesar de este optimismo en el sector, destacó que los meses que se vienen serán complicados. “Si bien el 70% de los productores producen al menos parte de su maíz, este año va a faltar, también la soja, lo que obligará a una mayor competencia”, indicó. Esto elevará el precio y el costo de la actividad.

Además se refirió a lo situación cambiaria. Dijo que se requiere de un único tiempo de cambio y no de la multiplicidad de dólares, ya que generan complicaciones y cambios continuos en las reglas de juego. “Hoy el valor dolarizado del cerdo es de 1,70 dólar por kilo, pero si tomara el dólar soja costaría 1,33 y sería de los más competitivos del mundo, lo que permitiría más abastecimiento del consumo local y pensar en la exportación. Uno espera el acomodamiento un solo tipo de cambio y no en 50 diferentes” finalizó.
Fuente: Bichos de Campo.

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