Con la finalidad de “asegurar el mantenimiento” de ambos cruces, el organismo binacional tiene una disposición por la cual en lapsos de 10 años se deben realizar estos procedimientos para “determinar el estado de la estructura de los puentes, garantizando su mantenimiento predictivo, preventivo o correctivo”.
El relevamiento se inició en julio pasado y avanza mediante tres grandes grupos de actividades: inspección ocular, ensayos no destructivos y mediciones topográficas.
Recientemente, se cumplió con uno de los controles más importantes: la denominada “prueba complementaria de carga estática”, realizada en las estructuras de los puentes de su jurisdicción, por lo que permanecieron completamente cerrados al tránsito vehicular por tiempo de dos horas.
El ingeniero Juan Carlos Draper, inspector de obra encarada desde la CARU, explicó los alcances de estas pruebas que consisten en colocar, en lugares estratégicos, cinco camiones cargados -previamente pesados- para tomar una medición de variación de niveles: “A través de este método, y otros más directos, complementarios, se evalúan constantes de elasticidad y otra serie de parámetros”.
También se hará una inspección subacuática de las pilas para finalizar el trabajo en lo que queda del año. “Lamentablemente, la creciente prolongada del río Uruguay ha demorado la realización de la inspección subacuática de las estructuras, por lo que los plazos de finalización de la obra dependerán del comportamiento de las aguas en los próximos días”, indicaron.
