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Acaba de extender su contrato con el Ajax hasta mediados de 2025, club al que llegó hace dos años y donde hoy está consolidado como zaguero central titular. Esta noche, además, integrará el banco de suplentes de la Selección Argentina en el partido ante Paraguay por las Eliminatorias. Se trata del entrerriano Lisandro Martínez que, a los 23 años de edad, atraviesa el mejor momento de su carrera.

-Nicolás Tagliafico contó que en una gira de la Selección le dijiste que te encantaba el Ajax. Y que a los pocos meses, cuando el club quiso contratar a un zaguero central, él te recomendó. ¿Cómo fue eso?

-Sí, fue así. Con Nico coincidimos en una convocatoria de la Selección, era mi primera citación a la Mayor. Yo estaba jugando en Defensa y Justicia y, como me encanta el fútbol, veía muchos partidos de todos lados. Y en ese momento me llamaba mucho la atención el Ajax. Fue la temporada en la que llegó a la semifinal de la Champions. Me sentía muy identificado con ese estilo. Por dentro decía “cómo me gustaría jugar en ese equipo”. Y cuando Nico empezó a contarme cosas, más ganas me dieron de ir allá y poder aprender. Así que cuando meses después llegó la oferta, imaginate que no lo podía creer. Por eso digo que hoy estoy donde quería estar.

-¿Y qué aprendiste o tuviste que perfeccionar cuando llegaste al club?

-Y… los controles cuando recibís la pelota. Si bien era algo a lo que yo le prestaba atención en Defensa, me sorprendió la precisión y la velocidad con la que juegan allá. Están en un nivel mucho más avanzado. También tuve que adaptarme a la rapidez en la toma de decisiones. Cuando recibís, tenés poco tiempo para ejecutar. Hay mucha intensidad en eso. Tenés que perfeccionar el pase, mejorar la visión del juego… Son detalles que te hacen ganar partidos o generar situaciones de gol para tu equipo. Al principio me costó. Me sentía incómodo, no la pasaba bien. Con el tiempo, con el trabajo y el apoyo del técnico y de mis compañeros, le fui agarrando la vuelta.

-¿Qué sentís que te dio el fútbol argentino para defenderte en Europa?

-La mentalidad. A mí, el fútbol argentino, aunque sea más friccionado, me encanta por la pasión que existe. Te contagia el hambre, las ganas de ganar... En el fútbol argentino, tanto en Newell’s como en Defensa, aprendí que hay que dar más del 100% para ganar.

-Con Sebastián Beccacece en Defensa ya tenías un estilo de juego moderno, de esos centrales que conducen, que filtran pases, con buena pegada para jugar en corto y en largo y en un equipo que construía juego desde el fondo.

-Sí, exacto. De Defensa yo ya traía una intensidad alta. Con Sebastián presionábamos alto, trabajábamos la presión tras pérdida, las opciones de pases cuando salíamos jugando… Él nos daba distintas posibilidades desde la salida para poder encontrar a nuestro hombre libre. Eso fue fundamental para que no me costara tanto la adaptación al juego del Ajax. Es como que fui con un base para luego seguir creciendo y afianzándome allá.

-¿Esa buena pegada la traés desde chico?

-Sí, siempre fui de pegarle bien a la pelota. De chico me destacaba en eso. En las Inferiores de Newell’s crecí mucho en ese aspecto, se trabaja bastante en todo. Además, mi ídolo de chiquito era Gabriel Heinze y yo lo miraba mucho en el Newell’s del Tata Martino. Los pases filtrados que metía, los cambios de frente, su manera de jugar, que era agresivo, que raspaba… Uno, observando, aprende muchísimo también. Yo siempre fui de mirar bastante a los que jugaban en mi puesto para sumar cosas y luego poder plasmarlas en el campo de juego. Entender el juego para que sea más fácil jugarlo después.

-¿Pudiste hablar alguna vez con Heinze?

-Sí, una vez hablé y me sorprendió muchísimo. No quiero contar demasiado porque fue una charla íntima, personal, pero fue una sorpresa total todo lo que me dijo. El sabía que era mi ídolo y me terminó felicitando y me dio un par de consejos que traté de poner en práctica.

-En aquel Newell's, “Tata” Martino ensayaba mucho la salida. ¿En el Ajax le dan mucho espacio a esa faceta en los entrenamientos?

-Sí, trabajamos en base a lo que va a hacer el rival. Estudiamos mucho al equipo que nos toca enfrentar, tanto individual como colectivamente. Tratamos de trabajar aspectos de juego para poder encontrar los espacios, por dónde atacar, de qué manera defender… Se suelen hacer muchos ejercicios en espacios reducidos y con una intensidad muy alta. Ahí no tenés tiempo de pensar casi, pero tenés que sacar ese segundo de lucidez mental para tomar la mejor decisión. A veces me fastidio cuando erro un pase. Yo digo que tenés que estar “avispa”. Son trabajos que se hacen para sacar lo mejor de uno. Te lleva a situaciones de partido para que cuando te encuentres con eso, lo puedas resolver. El objetivo es que la mente esté ágil, que seas más inteligente a la hora de tomar una decisión.

-Tagliafico contaba también que le sorprendía el trabajo de las Inferiores del Ajax. ¿Observaste eso?

-Sí, a mí también me asombró apenas llegué. Es increíble. Ves a los chicos de ocho, nueve años, entrenando a un nivel increíble y no lo podés creer... Yo los miraba y me preguntaba: ¿Es verdad lo que estoy viendo? Cómo triangulan, cómo tocan y van al espacio, cómo controlan la pelota… Y todas las categorías juegan igual. De la Primera a la categoría más chica se baja la misma línea y todos respetan esa idea de juego.

-Ese Ajax que admirabas tenía un ataque más funcional que posicional. Se organizaban más alrededor de la pelota que por medio de los espacios. ¿Hoy intentan lo mismo?

-Sí. Es la idea. Eso de confundir al rival, de ir jugando con los movimientos ajenos, es lo más lindo. Cuando uno aprende y tiene más aceitada la idea, uno puede ir jugando con esas cosas. Por ejemplo, contra el Groningen, le di una asistencia de gol a nuestro lateral derecho que estaba parado como 9. Sabemos que nuestros jugadores pueden ir variando su posición pero siempre sabiendo que detrás tienen el respaldo de todo el equipo. Si hoy otorgás espacios, el rival no te perdona y terminás sacando del medio.

-¿No sentís que tanto control y pase que se ve en Europa es un intento por reemplazar la escasez de inspiración individual, la falta de gambeteadores naturales?

-El objetivo es encontrar los espacios para poder lastimar al rival. Cuando las individualidades no pueden romper líneas, ahí tenés que tener paciencia y mover la pelota rápido para encontrar la manera de entrar mediante el pase. Si no se puede de una manera hay que entrar de otra.

-En tu primera temporada jugaste más de 5 que de zaguero central. ¿En qué te ayudó?

-Era una posición que ya conocía. Jugar de volante central te cambia en la toma de decisiones. Por lo general, tenés menos tiempo y espacio. Es otro tipo de panorama a la hora de jugar. Es clave perfeccionar los controles y recibir siempre bien perfilado para ganar tiempo. Es una linda posición. Aunque también es cierto que si jugás como defensor y el rival te presiona alto, tampoco tenés mucho tiempo para jugar.

-¿Te ves jugando ahí en un futuro?

-Yo no me cierro a nada. El día que me toque jugar de volante central, lo volveré a hacer. Si eso ayuda al equipo, lo voy a hacer. Lo mismo que de lateral. Me considero un jugador polifuncional que está predispuesto siempre a dar lo mejor más allá de la posición.

-Recién decías que hay equipos que te presionan alto. ¿Preferís un rival de esas características u otro que espere en su campo?

-Yo como central prefiero que me vengan a presionar. Me gusta asumir riesgos en la salida y siento que estamos preparados para poder romper esas líneas altas de presión y salir jugando. Si lo lográs, se te abren muchos espacios para lastimar.

-¿A qué defensor actual mirás más?

-A mí, jaja… Soy de mirarme mucho, la verdad. Soy un enfermo con eso. Veo hasta los detalles. Después de cada partido me fijo en las estadísticas también… Cómo estuve en los duelos, cuántos pases acerté y cuántos fallé… Siempre trato de ir corrigiendo errores. Después, de los grandes defensores, miro y me gustan Rubén Días y Laporte del City, Kimpembe y Marquinhos del PSG, el Cuti Romero… Hay muchos de muy buen nivel.

-En el fútbol mundial y también en Argentina parece haber un auge de la línea de cinco. ¿Vos en qué sistema te sentís más cómodo?

-Yo no tengo problemas. En una línea de cinco es clave que vos puedas utilizar a tus tres centrales para generar superioridad en la salida. Pero con la línea de cuatro también lo podés hacer cuando baja el volante central y se transforma en un tercer central. Lo importante es aprovechar el sistema para salir mejor. Depende, también, cómo te presione el rival.

-¿Preferís enfrentar al típico centrodelantero o a un falso nueve?

-En Europa me tocó jugar contra Firmino. Y es un delantero muy difícil de marcar porque está constantemente saliendo de la posición. Eso te genera confusiones, perdés la referencia... Si lo salís a buscar, te saca mucho de tu posición. Además, es un jugador que se mueve muy bien y, de espaldas, con la pelota, es muy difícil quitársela. Es muy bueno.

-¿En el fútbol argentino qué delantero te costó marcar más?

-Creo que Borré, un delantero muy intenso. Las corre todas, no te da una sola pelota por perdida y eso te obliga a estar concentrado permanentemente. Va y te choca, te molesta en la salida…. Rival difícil.

-Se vienen estos tres partidos por las Eliminatorias. ¿Cómo ves a la Selección?

-Bien. La Copa América sin dudas nos dio una mayor confianza. El plantel está muy bien, unido, se armó un lindo grupo en el que todos tiramos para el mismo lado, que es clasificarnos para el Mundial. Ese es mi gran sueño, jugar una Copa del Mundo. Pero sabemos bien que tenemos que trabajar muchísimo, no relajarnos y seguir como lo estamos haciendo hasta ahora. Tanto la selección como en lo personal.

-¿Qué fue lo que más te sorprendió futbolísticamente de Messi?

-Lo que más me sorprendió es cómo hace para estar siempre un paso adelante de todos en cada jugada. El sabe lo que va a pasar. Es increíble. Recibe la pelota y ya sabe el movimiento que van a hacer los rivales y sus compañeros. Me sorprende la facilidad con que se maneja en ese momento. No hay ciencia que explique lo que hace. Ya sabemos todo lo que es capaz de hacer pero eso es lo que más me sorprendió. Fijate que los rivales tratan de no ir al bulto, lo esperan un poco porque si se la quieren quitar, lo más probable es que pasen de largo.
Fuente: Vicente Muglia para Olé

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