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Gustavo Tamay declaró este lunes en el megajuicio por corrupción. Dijo que las fotos en las certificaciones de publicidad en la vía pública eran “ilustrativas” y que él sólo se ocupaba de hacer la “constatación recorriendo las rutas”. Estuvo casi dos horas frente a los jueces defendiéndose. Hizo una introducción contando cuál fue su recorrido desde que terminó la escuela secundaria.

Se apoyó en imágenes de Google Street View para mostrar carteles de distintas campañas publicitarias en ruta. Remarcó que recorrió miles de kilómetros en un auto del Gobierno provincial, constatando “in situ” que los carteles estuvieran correctamente colocados. Aseguró que en múltiples oportunidades debió advertir a Daniela Teruel, del área de Comunicación de la provincia, que faltaban los carteles o estaban rotos, producto de tormentas climáticas o porque eran vandalizados por lugareños que robaban materiales para construir ranchos o baños.

“Las fotos eran de carácter ilustrativo y a la constatación la hacía yo recorriendo las rutas”, sintetizó. Agregó que es empleado del Estado, alquila una vivienda y posee un vehículo del año 2013. “No tengo bienes más que eso y simplemente busco la verdad”.

En rigor, Tamay es el quinto imputado que ejerce su derecho de defensa material ante los jueces José María Chemez, Carolina Castagno y Elvio Garzón, desde que comenzó el megajuicio el 27 de septiembre último. La primera en pronunciar breves aclaraciones fue la contadora Corina Cargnel -se espera para los próximos días otra declaración de imputada-. Le siguió el exministro de Turismo Hugo Marsó, hasta ahora el único que aceptó responder preguntas a los fiscales. Después declaró el exministro de Cultura y Comunicación Pedro Báez; y posteriormente el empresario Germán Buffa.

Par este martes, además se anunció la testimonial de un perito informático de parte y las declaraciones de imputados de Gerardo Caruso y Emiliano Giacopuzzi.
Desde el principio
Tamay dijo que nació en Concordia. Cuando terminó la secundaria, en el 86-87 se fue a estudiar dirección de cine y televisión a Buenos Aires. Después se mudó a Rosario y, posteriormente, debió retornar a Concordia por la situación social del país. En su ciudad natal comenzó a trabajar en medios, específicamente en Diario El Sol y Tele5 de Luis Mazurier. En ese rol, dijo, tomó contacto con las transmisiones satelitales.

Agregó que en el año 97 ingresó al Estado provincial, puntualmente a la Subsecretaría de Turismo con un contrato de locación de servicios. Allí desarrolló diversas tareas pero con habitualidad se ocupó de generar estadísticas. Recordó en ese aspecto el slogan “Entre Ríos todos los verdes”. “El 1 de noviembre del 99 pasé a planta permanente con categoría 10” -la más baja-. “El 24 de dic de ese mismo año, el mismo 24 de diciembre el Gobierno de -Sergio- Montiel me notificaron que me quedaba sin trabajo. Tenía hijos pequeños y me radiqué en Santa Fe para buscar trabajo. Comencé como ordenanza en la UNL y después como administrativo no docente. De atender en alumnado conozco a varios de los que hoy son abogados. Posteriormente pasé a Biblioteca y en ratos libres empecé a estudiar para martillero público. Terminé. Cuando pasó el gobierno de Montiel fui incorporado otra vez a la Secretaría de Turismo, con categoría 4 y al equipo técnico porque ya me había recibido”.

En 2006 cumplió funciones en el “traspaso del Hotel Mayorazgo por trabajar en la Secretaría de Turismo, para lograr que los empleados que tenían distintas experticias fueran ubicados en la administración central”. “Concluida esa tarea en 2007, me contacta Pedro Báez a quien conocía de años atrás por amigo en común. Me comenta que había sido elegido para el nuevo gobierno de Urribarri, donde él sería el encargado de comunicación. Me dice que estaba buscando gente para formar un equipo. Fui afectado por decreto. Por pedido de Báez, al principio me ocupé de contactar a los medios de Paraná y del interior. Era necesario saber por esos años qué cantidad de medios había en Paraná y lugares más alejados. El objetivo era llegar con información oficial a la totalidad de los medios”.

Desarrollando esa tarea, Tamay organizó “dos envíos diarios de síntesis informativa a distintos medios de la provincia”. Antes había viajado a cada localidad para hablar con los dueños y ofrecer capacitación para que la información enviada vía satelital llegara “casi en simultáneo a la emisión”. “Me fui convirtiendo en una especie de estafeta postal”, comparó.

En el marco de esas tareas, Báez y Teruel le asignaron una nueva función: certificar la publicidad en la vía pública. “Me pidieron que chequee los carteles en rutas porque viajaba todo el tiempo. Se me dijo te vamos a asignar tal tarea que no tiene un instrumento específico. Como yo tenía la posibilidad de ir mirando los carteles publicitarios en las rutas más importantes. Entonces me alcanzaban fotocopia de carteles y aprovechaba en cada viaje para mirar los carteles mientras manejaba. Veía la orden que decía el título, la fecha de duración, y el contenido. Cuando iba con chofer era más sencillo porque habían sido provistos de pequeños aparatos GPS en los que se ponían las coordenadas y se encontraban fácilmente los carteles. Cuando iba solo, al terminar el viaje volcaba la información en celulares provistos por el gobierno, donde escribía en un documento TXT”, relató.

En ocasiones, Tamay se encontró con carteles rotos dado que “lugareños los arrancaban para hacer ranchos, corrales, baños”. “Tanto viajaba que me dieron un auto con 80 mil kilómetros y en un año le hice más de 500 mil kilómetros”. “Como quedó claro acá, yo no aportaba la foto que estaban en los expedientes. Esa no era mi tarea, tampoco podía controlarlas. No era mi tarea sino que tenía que ir, mirar los carteles y decir si estaban bien y avisar si estaban mal. Como dije, si advertía que un cartel había sido vandalizado, me comunicaba con Teruel y le contaba”, declaró.

Añadió que pese al poco tiempo que tenía, fuera de la administración pública se desempeñó como técnico del PJ. “Mi tarea era ver los sorteos de espacios públicos para los partidos, participar”.

Casi en la mitad de su declaración, Tamay mostró fotos de Google Street View con carteles en rutas del tiempo en que certificaba que estuvieran colocadas las publicidades en la vía pública. “Acá vino Rossi -Juan, perito fotógrafo de Fiscalía- y declaró hasta con sorna que el pajarito que se voló de la foto, que en la otra foto se llevaron un pedazo de cartel o se olvidaron de sacar la sombra”. “Las fotos eran de carácter ilustrativo y a la constatación la hacía yo recorriendo las rutas como expliqué. Las campañas de cartelería estaban correctamente hechas. En Google Maps no se pueden retocar las fotos, ni manipular, no los quiero cansar pero para mí es importante todo este material”, dijo, mientras iba mostrando en pantalla imágenes satelitales de los carteles.

“Acá no hay vaca, ni pajarito ni nada extraño. Traté de explicarlo en reiteradas oportunidades, pero pasa que esto dicho así, mientras estaba en boga la vaca y eso pagaba más en términos de rating y términos publicitarios no tenía sentido. A mí no me dieron la oportunidad, pese a que esto lo hice yo en mi casa, con mis recursos, no contaba con perito, sino con mi mismo saber, con el objeto de tratar de llegar la verdad, que no era lo importante en ese momento. Era más importante tratar de mostrar la vaca por todos lados, era tiempo en que eso causaba más repercusión en los medios que lo que yo podía decir. Nadie me dio bolilla”, se quejó.

Por último dijo que hizo su trabajo “de la mejor manera posible, con total responsabilidad. No soy partícipe de ningún delito, de nada de lo que se me acusa en este juico. Hoy estoy de vuelta en Turismo, y en 25 años de trabajo, además de no haberme tomado vacaciones en mucho tiempo, sigo trabajando y nunca tuve un sumario o sanción”.
Fuente: Análisis

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