-Entonces, ¿a vos te entró vidrio por la boca?
-Tragué esquirlas, me entró vidrio molido por los dientes.
-¿Cómo hiciste para entrenarte este domingo, a 24 horas de toda esa angustia?
-Me pude entrenar con normalidad. Es que no pasó del susto, los doctores no dijeron que no era para preocuparse, dentro de lo que pasó hubo pequeñas gotas de sangre, pero nada grave. Solo el susto...
-¿Pero fue un sustazo?
-El susto más grande de mi vida. Pero lo mío es una anécdota, lo principal es la solidaridad con los familiares de las personas muertas.
-¿Con qué elementos contundentes los atacaron?
-Tiraron botellas de cerveza, licor y vodka, todas llenas. Reventaron los vidrios y varias pasaron por el mismo agujero de un impacto y les pegaron a unos compañeros. Algunos botellazos pasaron de largo, otros no.
-¿Dónde estaban ustedes cuando se produjeron las batallas que terminaron con los cuatro fallecidos?
-Nosotros nunca llegamos al estadio porque, tras la agresión, el técnico estuvo inteligente en darse cuenta de que no podíamos ir a la cancha. Volvimos al hotel y de ahí fuimos en ambulancia a un hospital.
-¿Pudiste comunicarte de inmediato con tu esposa para tranquilizarla?
-Un poco después, cuando nos pudimos calmar. Al principio estábamos shockeados, no entendíamos el porqué de la explosión y quedamos con un poco de miedo. Cuando vi a varios reaccionar, busqué mi celular en el bolso y le avisé a mi mujer, le expliqué que no había sucedido nada importante físicamente para nosotros. Ahí mismo, en el bus, ya le había avisado.
-¿Pensaste en irte de Honduras después de esto?
-No me voy de Motagua, más allá de la inseguridad, porque el club siempre se portó bien, actuó en todo. Estuvieron siempre a predisposición, hasta el presidente, luego de que pasó todo, yendo a vernos. Los dirigentes estuvieron siempre, queriendo saber si estábamos bien. Tenemos que estar agradecidos, estamos temerosos de lo que pueda pasar, cada vez que nos vamos en los buses uno puede tener miedo, porque lo que pasó fue muy grave. Yo estoy agradecido a la gente, como a todos los familiares y amigos que se preocuparon por mí.