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El de Villaguay dirigió a la argentina U17.
El de Villaguay dirigió a la argentina U17.
El de Villaguay dirigió a la argentina U17.
El entrenador de la selección argentina U17, el villaguayense Diego Lifschitz, analizó la actuación de sus dirigidos en el Mundial de la categoría que se disputó en la provincia de Santa Fe y se mostró conforme con el desarrollo de sus jugadores, quienes finalizaron undécimos tras el triunfo del domingo sobre Mali.
Las razones de su felicidad
“Más allá de que a mí como entrenador, y como a todo el mundo, me gusta ganar, lo que me interesa a esta edad que tienen es el crecimiento y el desarrollo de los chicos, tanto con nosotros como con sus respectivos clubes. Y en ese sentido me voy contento porque lo han tenido”, manifestó el entrerriano.

Reconoció, no obstante, que hay cuestiones técnica y físicas por mejorar. Además de admitir la superioridad de las potencias europeas, valoró la posición final: “No nos olvidemos que en este mundial no estuvo Lituania, no estuvo España y otros países más que tienen gran nivel en menores. No es poca cosa haber clasificado y haber obtenido el puesto 11º”.
Lo que hay que mejorar
El Mundial U17 es desde luego un evento de enorme importancia que permite medirse con los mejores equipos del mundo y sacar conclusiones sobre puntos a trabajar para el futuro: ‘‘Me parece que tenemos que seguir haciendo hincapié en cuestiones técnicas y físicas’’, dijo Lifschitz y luego agregó: ‘‘En lo físico no solo desde el tamaño y la masa muscular sino desde la forma de movernos, de las cualidades motrices y desde lo técnico. Se está trabajando, pero tenemos que entender que hay más por hacer’’.

La selección U17 tuvo varias caras nuevas en el Mundial en relación a competiciones anteriores. Al ser consultado sobre el plantel, el director técnico señaló: “Tenemos a los mejores chicos de la camada. Yo como entrenador puedo haberme equivocado y quizás el mejor está en otro lado. No soy infalible. Para mí son los que tenían que estar por actualidad, por futuro y por el progreso que han tenido. Nosotros también evaluamos cómo llegan los chicos y como progresan”.

Por último, Lifschitz analizó la posición final del Argentina, que es mucho más lógica de lo que puede parecer, en el Mundial: “La realidad es que contra los cuatro equipos que perdimos son históricamente mejores que nosotros en el básquetbol formativo. Y no nos olvidemos que en este mundial no estuvo Lituania, no estuvo España y otros países más que tienen gran nivel en menores. No es poca cosa haber clasificado y haber obtenido el puesto 11”.De esta manera, finalizó un Mundial inolvidable en Rosario y Santa Fe. Un evento que ofreció la posibilidad de disfrutar de las estrellas del mañana. Un torneo que más allá de la importancia que tiene no deja de ser formativo. Y no deja de ser un paso más en un proceso. Un proceso del cual aprender para ser mejores en el siguiente paso.
Fuente: Prensa CAAB.

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