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Entendiendo el perjuicio que significa para los atletas de alto rendimiento estar varios meses parados -más allá de la rutina que pudieran desarrollar en sus domicilios en medio de la cuarentena- el Ministerio de Deportes de la Nación emitió hace dos meses un permiso para que vuelvan a entrenarse aquellos que estuvieran clasificados o deban compartir para hacerlo, a los Juegos Olímpicos de Tokio, reprogramados para julio de 2021 a causa del Coronavirus.

Una vez oficializada la medida, federaciones de las distintas disciplinas comenzaron la búsqueda de sitios donde pudieran desarrollar sus actividades y el lugar adecuado que encontró el Canotaje fue la ciudad de Gualeguaychú, que en la última quincena de junio albergó a integrantes del Seleccionado Femenino, y desde el lunes es sede de la preparación de piragüistas del Masculino.

Uno de ellos es el reconocido Gonzalo Carreras, que en octubre cumplirá 31 años, quien participó de las olimpiadas de Río de Janeiro 2016 y fue parte de la gesta de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

El oriundo de Baradero fue entrevistado este viernes por Deportes 12 (Radio 12, FM 89.1, www.radiodoce.com) y brindó un panorama del trabajo que lleva a cabo en la ciudad entrerriana.

¿Cómo pasaste la primera etapa de la cuarentena?
Nos rebuscamos de diferentes maneras. En principio sólo en casa, armando un gimnasio improvisado y con un simulador de kayac.

Y una vez que recibiste el permiso, ¿cómo arrancaste?

Esperaba mucho la oportunidad de volver a entrenar. Arranqué en Baradero, pero sólo no se compara con hacerlo con compañeros y entrenadores de la Selección. No era la calidad que necesitaba. Se dio la oportunidad de venir a Gualeguaychú y la aproveché. Estoy junto a Daniel Dal Bo que es de Gualeguay y el entrenador Pablo Hoffman. En el equipo hay varios entrerrianos. En su momento me informaron del ENARD que veníamos acá, hicimos los test correspondientes y el lunes llegamos.

¿Cómo se lleva a cabo el entrenamiento bajo un estricto protocolo?

Estamos en un complejo de cabañas, cada uno en la suya, en un lugar aislado a la ciudad. La comida viene separada y hay que calentársela por su lado. Es un poco pesado por ese lado, pero es la situación que hay. Sobre el agua no cambia mucho, porque hay un distanciamiento propio de la actividad. Para venir a Gualeguaychú hicimos dos test cada uno y recibimos permisos correspondientes de la Secretaría de Deportes por ser atletas que nos preparamos para los Juegos Olímpicos.

Desde lo físico, ¿se siente el parate?
Si bien nos mantuvimos entrenando y cumpliendo los planes pautados, ahora que volvimos a la intensidad se nota mucho. Con un compañero al lado uno ve la diferencia. Por eso hay que recuperar el tiempo perdido.

A un año de lo sucedido en Lima, ¿tomaste dimensión?
Esta cuarentena significó el primer parate grande desde que empezamos a entrenar con la Selección. Nos permitió mirar para atrás y recordar los Panamericanos de 2019 que fue un objetivo que tuvimos durante tiempo y en K4 nunca lo habíamos podido ganar y se dio. Fue un logro del canotaje argentino en general. Se lo recuerda con mucha alegría y satisfacción.

¿Hay agenda para lo que resta de 2020?
En este momento no. Se fueron suspendiendo todas las competencias, la última el Sudamericano en Uruguay que iba a correrse en noviembre. Estamos a la expectativa sobre qué va a pasar con las competencias y los calendarios nacionales e internacionales. Hoy está todo parado. Por eso la idea de juntarnos como equipo y entrenar simulando competencias.

¿Cómo es el método de clasificación a Tokio en esta disciplina?
En abril tenemos el Preolímpico, actualmente estoy en el proyecto K2 1000 metros, en el que somos cuatro en este momento. Es una selección interna y el bote que quede va a concurrir al Preolímpico. Hay que lograr ganarlo y ahí clasificar a Tokio. Es el objetivo principal como equipo. Si las cosas salen bien vamos a tener posibilidades.

¿Qué significa para tu carrera llegar a Tokio?
Desde que volví de Río de Janeiro, mi vida ronda en torno a eso. Sería una satisfacción grande volver a competir en las olimpiadas. Es algo increíble para el deportista amateur. Sentirse parte de la elite no tiene comparación.
Fuente: Radio 12 - El Entre Ríos

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