-Quisiera conocer su visión respecto a dos acontecimientos importantes que ocurrieron la última semana: la movilización convocada desde Camioneros en Capital Federal y, al mismo tiempo, la visita del presidente a Entre Ríos.
-Soy partícipe de la voluntad de diálogo, porque esa es la forma de construir consensos. Evidentemente, existen diferencias y debates sin saldar. Hay que lograr el consenso necesario que permita que las soluciones que se tomen no dejen dañados a los legisladores, como ocurre con quienes apoyaron la reforma previsional y hoy están siendo muy cuestionados. Cuando hay legitimidad de origen porque la ciudadanía te eligió, hay que respetar. Después hay otras legitimidades de ejercicio para gobernar. En esa marcha se expresaron las realidades de la Argentina y no hay que darle más lectura que esa. Mientras tanto, Entre Ríos tiene que recuperar la voluntad de diálogo. El gobernador me parece que la expresa, a pesar de que dentro del peronismo, como está más que claro, hay un debate importante aún sin resolver.
-¿Qué piensa que encuentra Macri en Entre Ríos para sus reiteradas visitas y haber elegido a la provincia como una suerte de “refugio” ante la manifestación convocada por Hugo Moyano?
-Ha encontrado respeto del gobierno y del gobernador, además de la tranquilidad de que él puede venir a Entre Ríos como presidente de todos los argentinos, independientemente de las coincidencias y las diferencias. Me parece importante tener respeto en las diferencias, como también ocurre dentro del peronismo entre los distintos sectores que tienen opiniones diversas: no es sencillo gobernar Entre Ríos con un peronismo absolutamente dividido.
-En este mismo sentido, ¿cómo avizora las próximas elecciones para el partido?
-El peronismo se encuentra ante una necesidad de reunión que aún no consigue. En 2016, a cuanta reunió me invitaron concurrí y algunos especularon con que estaba en la búsqueda de algo, cuando en realidad lo único que procuraba era la unión del partido. Es algo que hoy ya no intento, en el buen sentido de la expresión, porque si la gente quiere reunirse se reúne y si no, no. No estoy pensando en ingenuidad sobre una unidad que no existe, pero sí en la posibilidad de reunirnos. Tampoco soy pesimista, porque el peronismo está en un momento muy particular de su vida política, pero hay que tener realmente voluntad de diálogo siempre.
-¿Puede el gobernador construir un liderazgo estable y concreto dentro del peronismo entrerriano de aquí a 2019?
-Él es el presidente, pero hay algunas cuestiones por resolver. La primera es que el gobernador evidentemente tiene una buena imagen, que habrá que transferir a los votos. En segundo lugar, reitero que hay necesidad de reunión de todos los sectores del peronismo que tiene que expresar el gobernador en persona, porque no es delegable. Y en tercer lugar, existe una gran espontaneidad en el voto y hay que entender que los dirigentes son importantes, pero más importante es estar atentos a la espontaneidad del voto de la gente.
-Intendente más de una vez de su ciudad, vicegobernador y ministro. ¿Cómo sigue su carrera política una vez finalizado el mandato en La Histórica?
-Intendente nuevamente no voy a ser, como lo dije el 10 de diciembre de 2015 cuando asumí y lo sigo sosteniendo. La verdad, no me hago planteos y lo digo con toda franqueza. El peronismo vive un momento suficientemente dificultoso como para andar anteponiendo candidaturas. Creo en las renovaciones y que uno es viejo cuando vive de recuerdos y se le acaban los proyectos, y yo tengo más proyectos que recuerdos. Pero no voy a ser un precandidato, porque creo que Concepción del Uruguay necesita un recambio dirigencial y a mí personalmente no me anima absolutamente nada para construir en lo personal, porque ya estoy grande.
