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Hay profesionales que tienen el don de no utilizan sus conocimientos para direccionar el pensamiento del prójimo, sino que contribuyen a que este desarrolle su propio criterio, fortaleciéndose como persona y descubriendo lo que es mejor para sí mismo, sin perder la armonía con el entorno.

Es el caso de la Lic. en Kinesiología Cristina Méndez (MP 593), de la ciudad de Colón, especialista en Osteopatía. En tiempos donde todo parece ser blanco-negro y no siempre hay lugar para la opinión del otro, vale la pena consultarla.

-Como profesional, siempre transmitís la importancia de escucharnos a nosotros mismos y en base a la información que recibimos, formar un criterio propio. Te pido que profundices en eso.

-Existe una inteligencia más amplia disponible a los humanos. Te voy a contestar primero ilustrando con datos concretos que incumben a mi profesión. El primer dato anatómico: existe un tendón llamado cervical pericárdico (como su nombre lo indica, une el corazón a las vértebras cervicales). Se encuentra descripto en el libro más clásico del que estudiamos los médicos y kinesiólogos: Latarjet Ruiz Liard (ver foto). Cuando al diagnóstico palpatorio este tendón se encuentra tenso, la persona suele presentar síntomas cervicales y también cardíacos (palpitaciones). ¿A quién le corresponde el diagnóstico y tratamiento de este tendón? ¿Al cardiólogo? ¿Al traumatólogo? ¿Al osteópata? ¿Al kinesiólogo especializado en fascias?

Un segundo dato concreto, seguramente conocido por todos nosotros: es muy común que alguien que presenta una dolencia tenga tres o cuatro opiniones diferentes de esa dolencia de tres o cuatro profesionales cualificados.

Estos datos nos muestran varias cosas. En primer lugar, que las especialidades de los profesionales hoy no tienen límites tan definidos. Un cardiólogo, un traumatólogo, un kinesiólogo especializado pueden abordar una estructura que conecta y pertenece tanto al corazón como a las vértebras cervicales. Por tanto, debemos ampliarnos a escuchar variedad de información y no solo la proveniente de “especialistas” en determinado tema.

Los especialistas son necesarios, por supuesto. Cuando una cirugía es inminente, quien tiene conocimiento para ello es un cirujano que conoce el detalle. Más en otras situaciones de enfermedad en general, para hacer diagnósticos y pronósticos, es necesario una mirada más sistémica, y es aquí donde hay que escuchar variadas opiniones: médicos, psicólogos, nutricionistas y lúcidos. Si, gente lúcida que tal vez no tenga títulos académicos, pero son grandes observadores de la realidad teniendo grandes certezas. Endiosamos demasiado a los títulos académicos cuando la inteligencia no está asegurada por ello y todos tenemos algún ejemplo claro de esto.

En segundo lugar, además de las especialidades médicas ya no tener "el monopolio" de opinión de las cosas, hay que tener en cuenta que el paciente viene ya decidiendo sobre su propia salud cuando se encuentra comúnmente, como dije antes, tres opiniones distintas. Por ejemplo, "tu columna es urgentemente operable”, y en el otro extremo "tu columna no se debe tocar".

¿Cómo decidimos allí? Decidimos con una inteligencia que poseemos naturalmente, pero no estamos tan conscientes de ello. Esta es la nueva inteligencia disponible para los humanos: la "inteligencia auto referencial": Yo soy mi propio referente. Por tanto, me informo lo suficiente y luego con capacidades que no tienen que ver con el pensamiento "racional", sino con otras capacidades (inteligencias múltiples, inteligencia intuitiva), decido.

Esto que digo, para quien guste investigar, está avalado con información científica: pueden buscar los trabajos de Rollin McCraty, neurocardiología, inteligencias múltiples. Hay un vídeo de Facundo Manes, neurólogo argentino, sobre "toma de decisiones" que ilustra muy bien lo que estoy exponiendo.

Si no desean investigar, les pido que se remitan a su propia experiencia (muchas veces más fehaciente que las ajenas) ¿Has experimentado malestar digestivo y que te nombren una comida y "sepas" sin dudar que eso no lo puedes comer porque sientes que el malestar se acentúa al escuchar nombrar esa comida? Esa es una inteligencia no racional. La poseemos todos. Es más, te propongo entrenes está inteligencia más frecuentemente. Por ejemplo: supongamos que consultaste por malestar intestinal y tres profesionales nutricionistas te dieron opiniones distintas de alimentos recomendables. Sabrás por la sensación de tu cuerpo cual es la correcta para tí.

Es en base a estas observaciones y a muchas otras de 20 años de consultorio, que busco propulsar en los pacientes esta inteligencia “auto- referencial" que significa escuchar a todos los profesionales de la salud o a personas lúcidas, como dije, y luego tomar la propia decisión en base a las propias referencias, no a fuerza de “copiar-pegar” ideas ajenas, ni de lo que opina "la mayoría", ya que sabemos que no son garantía de nada. Esta es la inteligencia que los humanos estamos ya preparados a desarrollar más intencionalmente.


-¿Cómo podemos adaptar esto a nuestras vidas en medio de una pandemia?

- Es importante que mientras acatamos lo instaurado nos nutramos, sin miedo, de variada información. No hay peligro en escuchar hasta la más disparatada de las informaciones para luego tener nuestro propio, amplio punto de vista. Sumado a eso, escuchar a personas no solo por su "aval", sus títulos, su certificación, ni por provenir la información de "instituciones avaladas", porque como dije antes, bien sabemos que muchas veces responden a intereses de los que nunca nos vamos a enterar.

Esta es, a mi entender, la mayor esperanza que tenemos como humanidad: el aporte creativo de cada uno de nosotros que se anula cuando buscamos seguir a la masa, pensar algo solo porque lo piensa la mayoría o porque está "avalado" por una institución de renombre.

Personalmente, cuando elijo una nueva capacitación no lo hago en base a “que esté avalado por tal institución" sino a los temas, la experiencia de quien dicta la formación, etc. Cuando brindo mis seminarios a kinesiólogos en nuestro Centro Amnis (Centro Escuela del Tejido Conectivo), no busco que instituciones avalen mi propuesta formativa; ella está avalada por los años de colaborar en la salud de las personas. Es el mayor aval al que puedo acceder. Así mismo la propuesta de formación está dirigida a kinesiólogos con espíritu "investigador" esto es: que se apasionen con la clínica, el diagnóstico, la anatomía humana, la experiencia en consultorio. Para nada me interesan estudiantes que repiten fundamentos copiados y pegados de libros de manera fundamentalista, y que a la hora de poner las manos en el organismo de la persona, no pueden percibir la realidad de ese cuerpo particular para hacer un diagnóstico certero.

En esta pandemia, entonces: acatar lo mejor que se pueda, y mientras ir formándose un criterio propio y amplio: lo vamos a necesitar muchísimo.


-¿Qué sugerencia darías a las autoridades sanitarias de la provincia para encarar esta nueva etapa de cuarentena?

-De lo que puedo comprender, no veo que las etapas estén tan definidas. Hay opiniones confusas y contradictorias.

Cómo aporte: No se debiera generar consciencia en base al miedo: mostrando camas disponibles en hospitales y preparación de tumbas como se permite hacer en los medios de comunicación: es un despropósito. Bien sabemos que el sistema inmune se debilita en base al miedo.

En segundo lugar, se debiera difundir más información que tenga que ver con salud, no con la enfermedad. Alimentación, por ejemplo. Urgente. En mi propio cuerpo he probado como, tres días de alimentación alcalina (menos o nada de animal) combate inflamaciones e infecciones pequeñas. Bien podría esto, ilustrado por innumerables estudios científicos, servir de prevención mucho más efectiva que prohibir la salida a la calle a la gente. Una persona con defensas bajas (mal alimentada o estresada), que salga a la calle solo una vez por semana, ¿no les parece que puede ser más factor de riesgo que aquella bien alimentada, relajada que salga a dar un paseo respetuoso con la distancia sugerida? Más hincapié en la salud, menos en la enfermedad. Me resulta muy extraño que eso no se esté haciendo, con la cantidad de conocimientos actuales que hay de lo que hace el miedo y la paranoia en la salud humana.

-De todas las teorías que has escuchado y leído en este tiempo en relación a la pandemia de coronavirus, ¿qué ideas compartís y cuáles no?

-Me es muy coherente la idea de la inmunidad natural, aunque al desconocer sobre inmunología prefiero no profundizar. Me falta información para poder desarrollar un criterio. Sí creo que una mente puesta en el virus la mayor parte del día puede hacer que la persona tenga más predisposición a contraerlo, por varias razones inmunológicas y de funcionamiento cerebral humano.

Creo que toda información que refuerce la idea de "debilidad", de que dependemos de la inteligencia exclusiva de las instituciones para "estar bien", no suma. Informarse, empoderarse como seres humanos, es lo digno para cada uno de nosotros y la humanidad en este momento.

Dentro del concepto que yo me he formado, el organismo tiene su propia inteligencia a la cual solo hay que ayudar lo menos invasivamente para que funcione.

Yo centraría la información en reforzar el Sistema inmune. Ejemplo: las personas debieran flexibilizar sus fascias (tejidos conectivos) del sistema respiratorio con corrección postural, stretching, etc. Unos tejidos flexibles, una mucosa bronquial funcional, son barreras preventivas indiscutibles. Y eso no está contemplado en lo informativo que se brinda a las personas, como tantas otras cosas.
Sobre la Lic. Cristina Méndez
Se graduó como kinesióloga y fisioterapeuta en la Universidad de Córdoba, donde luego se desempeñó como docente jefe de Trabajos Prácticos en la materia de Kinesiterapia. En la misma ciudad cursó la formación básica de Osteopatía en el Colegio de Kinesiólogos.

Actualmente estudia Osteopatía en la Universidad Nacional de Corrientes. Además, brinda formación a kinesiólogos en el espacio formativo Amnis Centro Escuela, de la ciudad de Colón.
Fuente: El Entre Ríos

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