-¿Cuál es el balance que hiciste de la temporada?
-Por un lado terminé conforme por el trabajo realizado y por el grupo de gente con la que me tocó compartir la temporada. Pero lógicamente cuando uno compite aspira a llegar a la parte más linda que es la postemporada y no lo pudimos hacer. Quizás era un poco previsible en los papeles pero la ilusión estaba. En el armado del equipo privilegiamos el campeonato económico y sabíamos que podía ser un riesgo. De todas maneras el balance es positivo, para mí fue un gran año.
-Más allá de eso, ¿crees que la campaña quedó empañada por el cierre con 10 derrotas al hilo?
-En el armado inicial del plantel nuestra intención era contar con dos jugadores de experiencia que apuntalaran el crecimiento de un equipo joven en la parte más importante de la temporada. Lamentablemente por tema presupuestario no pudimos conseguirlos, pero igualmente confiamos en la evolución de cada uno de los jugadores. En la Segunda Fase la falta de experiencia fue clave porque perdimos 8 partidos en el último minuto e inclusive 4 de ellos en la última bola, la mayoría por errores propios. De todos modos nos quedamos contentos por la evolución de muchos chicos. Cabrera pasó de no jugar a tener un buen promedio de minutos y puntos, los cubanos que llegaron sin experiencia FIBA y los que generalmente fueron titulares por primera vez en la categoría, entre ellos Franco Benítez que ahora pasó a Hispano Americano en la Liga Nacional. En definitiva estoy satisfecho por haber sido competitivos, aunque por pequeños detalles en los cierres no conseguimos los triunfos necesarios para clasificar.
-¿Qué se habló en la charla que tuvieron con la dirigencia antes de la despedida?
-Nada específico. En lo personal es muy probable que no dirija, hay una necesidad familiar de quedarme en Olavarría y quiero aprovecharla para seguir capacitándome. Estoy más que agradecido con la dirigencia y la gente de La Unión. En este receso quiero apuntar a la evaluación pedagógica, ver hacia dónde va el jugador de básquet. Creo que hay un gran cambio cultural en eso y los entrenadores nos vamos a tener que capacitar más para ver cómo hacemos para llegarles.
-En el último partido le cediste tu lugar a Jeremías Zuttión, ¿qué significó ese gesto?
-Fue un reconocimiento al “Colo” que me acompañó durante todo el año de manera espectacular. Estoy seguro que juegue lo que juegue La Unión va a ser la persona indicada para dirigirlo. Aprovecho para hacer extensivo el agradecimiento a todo el cuerpo técnico que trabajó conmigo.
-¿Cómo lo viste a La Unión, dejando de lado lo deportivo?
-Es un club de primer nivel en estructura organizativa, incluso por encima de varios que juegan la Liga Nacional. Tuvimos todo para trabajar a la perfección, desde lo deportivo hasta la logística, alojamiento y comida. La ciudad es hermosa y agradable para desarrollar el trabajo. Lo que le dije a Carlos Delasoie es que el hombre trasciende por sus obras y quizás sea un buen momento para proyectar una nueva infraestructura.
-¿Qué te parece el formato de la competencia?
-Somos muchos a los que no nos convence. Es uno de los motivos por los que optaré por estar afuera. Se hace difícil inculcar, generar hábitos en el jugador y lograr proyectos que trasciendan en el tiempo. A los clubes se les hace más difícil proyectar un presupuesto. Está probado que la gente no va a la cancha porque el sistema de competencia no le agrada. Aún así somos empleados de este deporte y si estás adentro hay que adaptarse.
