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Sabido es que la vocación del médico no es sencilla. Hay situaciones límites en las que lucha contra la muerte cara a cara. En el Instituto Médico Quirúrgico Garat acaban de atravesar una de esas circunstancias y con final feliz.

Los profesionales pudieron salvar a un paciente con un “Aneurisma de Aorta Abdominal Complicado”. La mortalidad global en casos así se ubica entre el 80 y el 90 %, cifras que alcanzan para captar el altísimo riesgo que conlleva el procedimiento realizado.

“El paciente, de 69 años, cuenta con antecedentes de hipertensión y es fumador. Llegó primero al Hospital Masvernat con un dolor abdominal intenso, con sudoración y presión baja. Le hicieron una tomografía con contraste y detectaron un aneurisma de la aorta roto, la vía principal para llevarle sangre a todos los órganos del cuerpo”, explicó el Dr. Cristian García, Cardioangiólogo Intervencionista del Garat.

La pared de la aorta, claramente dilatada y debilitada, se había roto y, por mecanismos propios del organismo, esa rotura fue tapada y el riesgo de muerte del paciente era inmenso. “En situaciones así, si no se interviene a tiempo, la mortalidad es altísima”, remarcó García, que está al frente del Servicio de Hemodinamia del Sanatorio Garat y viene de haberse preparado en el Hospital Universitario Austral.

El paciente fue derivado al Sanatorio Garat, donde ingresó a Terapia y fue inmediatamente estabilizado, bajándosele la presión. Se hizo una evaluación para determinar si era posible intervenir mediante cateterismo. Una vez que se constató que era factible, se pidió la prótesis y de inmediato se llevó a cabo la intervención.

“Con anestesia raquídea -la misma que se usa con las embarazadas, aclara García-, sin dormir al paciente -sólo queda anestesiado de la cintura para abajo-, se hicieron unos pequeños cortes en la ingle, se pincharon las dos arterias femorales y se llevó la endoprótesis”.

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Puesto en palabras sencillas, por fuera del vocabulario específico de la medicina, la endoprotesis -explica García- “es una especie de tubo de malla, que a su vez lleva una tela, que hará de pared en reemplazo del sector dañado de la aorta. O sea, se vuelve a formar una pared”.

El desenlace no pudo ser mejor: “La evolución fue muy buena y el paciente, que había sido intervenido el jueves, se fue el día sábado”, destacó Cristian García.

“Es cierto -aclaró- que la colocación de stent es una práctica cotidiana. Pero, en el caso de la aorta cuando se ha roto el riesgo de muerte es enorme y la tasa de éxito no es alta. Que se haya podido hacer en Concordia es un gran avance, teniendo en cuenta la rapidez con la que se pudo acceder a la prótesis y de inmediato reunir a todas las partes: anestesista, cirujano, hemodinamista”, valoró el Cardioangiólogo.

Además de García, en la exitosa intervención participó el cirujano Dr. David Zurita.
Fuente: El Entre Ríos

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