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Débora Anahí Dionicius es sin dudas la boxeadora entrerriana más importante de la última década y en esta etapa de su carrera, a los 32 años y con nueve en el campo rentado, se dispuso a subir a categoría Gallo para relanzarse en busca de un segundo título del mundo, luego de haber perdido en 2018 –tras 12 defensas- el de Súper Mosca frente a Jorgelina Guanini.

La oriunda de Villaguay, recientemente campeona argentina tras vencer antes del parate a Aixa Adema, fue entrevistada este viernes en “Deportes 12” (Radio 12 FM 89.1 - www.radiodoce.com, la emisora de El Entre Ríos en Colón), donde contó más detalles sobre su actualidad e hizo un breve repaso de su exitosa trayectoria.

-¿Cómo observás la situación en la provincia con esta pandemia que está castigando al país y al continente?

-Gracias a Dios en Entre Ríos la situación está bastante controlada y no ha habido muchos casos, a diferencia de otros lugares de Argentina y otros países. Más allá de la economía y la falta de trabajo, hay que dar gracias que tenemos salud. En lo personal, generalmente tengo muy poco tiempo para estar en casa, así que estoy disfrutando en cierta forma este aislamiento para estar con mi familia y darme algunos gustos que habitualmente no puedo.

-Tuviste la suerte de combatir justo antes de que el Gobierno disponga el aislamiento.

-Sí, peleé en el último festival televisado que se hizo en la Federación Argentina de Boxeo, aunque fue a puertas cerradas. Gané la pelea (frente a Aixa Adema) y obtuve el título argentino en categoría Gallo, en la cual he empezado a competir.

-¿Cómo vive el boxeador sin competencia?

-Para el que vive del boxeo es muy complicado porque no factura. Gracias a Dios en mi caso tengo otro trabajo, pero sé que muchos colegas y promotores están sufriendo la situación.

-Paralelamente, ¿retomaste los estudios?

-Así es. Dejé el secundario en mi adolescencia porque estuve viviendo cinco años en Buenos Aires formando parte de la Selección Argentina. Si bien tenía la posibilidad de continuar allá, cada tanto nos daban tres semanas de descanso para visitar la familia y no queríamos volver.

El año pasado retomé los estudios junto a mi marido y en este vamos a terminar el secundario. Pensé que me iba a costar un poco más, pero se me facilitó tener un hermoso grupo de compañeros y profesores. Soy primer escolta de la bandera nacional. En un futuro quiero estudiar un profesorado de maestra jardinera.

-¿En qué momento de tu carrera te encontró la cuarentena?

-Tengo un entusiasmo tremendo porque arranqué en una nueva categoría, donde me siento más motivada y más fuerte. A veces viene bien perder, porque hacés un paso para atrás y tomás envión para volver a comenzar. Mi objetivo es ser doble campeona del mundo, en Súper Mosca y ahora en Gallo. Tengo cerca la chance de ir rápidamente por el título del mundo porque cuento con muchísimas peleas en mi haber.

-¿Te entusiasma tener otra chance en Europa?

-Me encantaría volver, principalmente porque me ha ido bien. Representar a Argentina en el mundo es algo soñado y cada vez que canto el himno antes de la pelea se me infla el pecho, se me eriza la piel y lagrimeo.

-¿Qué opinión tenés del boxeo femenino, siendo una de las referentes nacionales?

-Lamentablemente en el boxeo es mucho menos cotizada una pelea femenina que una masculina, en cualquier nivel. Siendo que hacemos el mismo esfuerzo y exponemos el cuerpo, exigimos igualdad. Estamos luchando desde hace tiempo pero no hemos tenido respuesta.

-¿Por qué elegiste el boxeo?

-Arranqué a los 13 años y me entusiasmó ver entrenar y combatir a mi hermana mayor. A los pocos meses que comencé a practicar debuté con un triunfo y desde ahí no paré. Hice un largo recorrido amateur con 109 peleas debido a que estuve mucho tiempo en la Selección Argentina participando de giras por el exterior.

Estar tanto tiempo en la Selección me abrió muchas puertas y me permitió tener un buen promotor, ser televisada y que lleguen las chances de pelear por el título del mundo. Arranqué en el profesionalismo en 2011 y al año siguiente fui campeona del mundo. Después tuve 12 defensas hasta que perdí en 2018 en Concordia frente a Jorgelina Guanini.

-Has peleado muchas veces en Villaguay, ¿sentiste la presión?

-Pelear en Villaguay me significa presión extra. En la primera pelea tenía unos nervios bárbaros sabiendo que el estadio estaba lleno y quedó gente afuera, más aún con un título del mundo en juego. Estaba más nerviosa que cuando me tocó combatir en el Luna Park.
Fuente: El Entre Ríos

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