“Una vez más, la inacción, la ausencia de inversiones y el desprecio por la vida queda patentizada de la peor manera. Hoy le tocó a un productor, pero en esta ruleta rusa de obras invisibles que ponen en riesgo a la sociedad toda, mañana le puede tocar a cualquiera. No se trata de campo o ciudad, se trata de una burocracia política que se fagocita los recursos del Estado. La corrupción mata. Y hoy asistimos a otro ejemplo de ello”, sentenciaron luego. Desde la entidad, que agrupa a varias asociaciones rurales, sostienen que “han sido infinitas las muestras de buena voluntad” para con el gobierno y, en particular, con la Dirección Provincial de Vialidad: “Hemos asistido a decenas de reuniones, intentamos conformar equipos para diagramar estratégicamente las obras prioritarias, entre tantas acciones más. Lamentablemente, todo ha caído en saco roto”.
“Tengamos en cuenta que ni la sequía de tres años -escenario inmejorable para realizar las obras- pudo hacer que ni tímidamente emergieran el compromiso, la gestión, la previsión, la inversión y mucho menos empatía por parte de los funcionarios”, plantearon.
“Lo más triste de todo es que esta nueva muerte provocada por la ausencia del Estado estará algunos días en las portadas de los medios, pero prontamente pasará a ser parte del paisaje. Nada cambiará en lo inmediato. Será otra vida perdida en vano en el marco de un gobierno que no ha hecho, no se hace y no se hará cargo de nada”, concluyeron.