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El ex perito balístico del Superior Tribunal de Justicia, Antonio Vitali, se declaró "totalmente inocente" de todos los cargos que se le imputan por la venta de armas judicializadas. No obstante reconoció "un montón de errores y falencias que se han producido".

Hizo un repaso sobre sus inicios laborales como policía y de cómo llegó a ocupar el cargo que tenía. Subrayó que al comienzo, cuando su situación económica no era la mejor, en varias oportunidades, le ofrecieron retribuciones a cambio de mejorar la situación de personas que delinquieron, pero que nunca aceptó. Asimismo, hizo notar que en cumplimiento de su función recibió disparos, para luego resaltar que es "incapaz de vender un arma a una persona porque tengo mis hijos en la calle y no es mi forma de pensar".

Remarcó que "siempre advertí que el depósito de armas de Paraná nos iba a traer problemas" y señaló que en el año 2008, cuando empezó a hacer cargo del tema advirtió que desde 1993 "no se controlaba nada. El depósito tuvo problemas de humedad, se tuvo que hacer una mudanza, por lo que las armas pasaron a donde hoy es suministro, un lugar sin seguridad, con una sola llave. Se pasó todo a granel y ahí quedó. Después de un tiempo retomamos, pero comenzamos con las armas anteriores a 2001, que se podía empezar a destruir. Únicamente armas largas. Cuando se hizo la mudanza empezamos a encontrar bolsas vacías y etiquetas sin armas. Para nosotros era una faltante de arma, en el momento no podíamos determinar a qué correspondía, porque no teníamos nada. Era imposible recontar, entre dos personas, 3.000 armas".

"Trabajábamos en la informalidad porque nadie nos controlaba", afirmó. Señaló que era "normal" que fiscales les pidieran armas para ser reconocidas, las cuales eran retiradas del depósito sin que obrara un oficio de por medio.

Al referirse al allanamiento de su casa, tras haber sido operado, consideró que "fue un circo y yo presté plena colaboración". Posteriormente detalló cómo se fue sustanciando la causa y realizó cuestionamientos a los diversos procedimientos.

Sobre Mauro Maximiliano Bertoni, empleado judicial acusado de sustraer armas de fuego que se hallaban depositadas en la sección "Efectos Secuestrados" del edificio de Tribunales y que ya fue condenado a tres años de prisión condicional, resaltó: "El culpable soy yo, porque le di cabida. Vino con la idea de que quería progresar y empecé a enseñarle tareas de balística. Tuve exceso de confianza. Usó muchas cosas y gente conocida mía a su favor".

Y sobre las declaraciones de aquel, quien dijo que a Vitali le enviaban encomiendas, aseveró: "Me traían quesos, huevos y cosas de campo en un puerta a puerta. Él puso que eran armas y en este juicio quedará demostrado que nunca vino un arma".

Asimismo, hizo notar que es perito balístico y sabe que "cualquier arma se va a identificar. Debería ser muy ingenuo al intentar comercializarla", subrayó.

"Me duele mucho esto. Creo que se equivocaron conmigo", dijo. Y continuó: "Estoy en condiciones de jubilarme y voy a hacerlo. Estoy más dolido porque no me dejaron defenderme"

"Hay gente que prefirió lavarse las manos. No era forma de coartarle el trabajo a una persona", manifestó el acusado, quien hizo notar que "no tenía necesidad de vender armas. Hay cuatro sueldos en mi casa".

Vitali consideró , finalmente: "Soy un chivo expiatorio por involucrarme con el poder judicial y querer mejorar muchas cosas".
Fuente: Elonce.com

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