El profesional –asesor en el Comité de expertos del Ministerio de Salud provincial e integrante del Comité de Emergencia Sanitaria del Hospital J. J. de Urquiza de Concepción del Uruguay- plantea una estrategia para disminuir la probabilidad de circulación viral.
-¿Cómo es el panorama actual en relación a la pandemia?
-Aumentan día a día las internaciones, exigiendo cada vez más al sistema de salud. Los que pertenecemos al equipo, tanto en la parte pública como privada, creemos que es urgente tomar medidas que reduzcan las probabilidad de infección para que no se requiera internación, sea en sala general o en UTI.
-¿Cuáles serían esas medidas?
-Analizando las estadísticas, vemos que la curva tiene una mediana de 38 años de edad, lo que significa que la mayoría de los contagios se están dando entre las primeras décadas de la vida y los 50 años.
Es necesario reducir la circulación en un periodo de 10 días en todas las actividades potencialmente consideradas de riesgo, para que este porcentaje de población no esté trasladando el virus.
-¿Cuáles son esas actividades consideradas de riesgo?
-Se habló de la escuela abierta o de la escuela cerrada, y a través de las estadísticas vemos que efectivamente se han incrementado los contagios en la población menor a 18 años. Esos grupos etarios obviamente concurren a la escuela, pero no es su única actividad; concurren a la plaza, a las casas de de los amigos, a pijamadas y los adolescentes más grandes a fiestas no habilitadas. No es tanto la escuela el foco de contagio, sino lo que pasa alrededor.
Creemos que lo ideal es que se cierren los espacios públicos por el lapso de 10 días y se reduzca al mínimo la circulación de este grupo de personas, para disminuir la tasa de contagios y así descomprimir el sistema de salud.
Un cierre estricto de todo durante 10 días, porque los protocolos están pero no siempre se cumplen; y el compromiso de reabrir al 11° día. Una cuarentena corta, con los espacios públicos y las escuelas cerradas. También cerrando las plazas, donde se concentran los grupos de adolescentes; con controles en la calle, que se sancionen los encuentros por fuera de los protocolos sanitarios y se multe a quien no use tapabocas.
-Con la experiencia del año pasado, en que la cuarentena fue eterna, hay temor de que esa reapertura no se concrete a los 10 días.
-Claro, pero para que pueda reabrirse con una mejora en los indicadores sanitarios, es importante que sea algo estricto y alcance a todos los sectores, independientemente de que se cumplan los protocolos o no, porque es muy difícil decir ‘en tal gimnasio se cumplen y en el otro no’; no hay manera de controlar eso.
-Sin dudas disminuir los contagios en este momento daría un alivio al personal de salud y permitiría que la ocupación en los hospitales no esté al límite. Ahora, pasan los 10 días, se reabre todo y el virus no va a haber desaparecido, con lo cual supongo que volverían a aumentar los contagios.
-No, porque esto tiene una escala logarítmica. Cuantos más casos tenemos, mayor es la probabilidad de infección; si en esos 10 días bajamos un ciclo de replicación viral, la probabilidad de circulación del virus se reduce muchísimo. De ahí a que retome las mismas curvas ascendentes nos da bastante tiempo para aumentar la aplicación de vacunas, reduciendo así la probabilidad de internaciones.
-¿Tuvo posibilidades de hacer esta propuesta de cuarentena estricta a las autoridades del Ministerio de Salud?
-Son discusiones que se van planteando dentro del ámbito profesional. Desde la Asociación de Neumonólogos creemos que esta es la necesidad inmediata: un cierre estricto de 10 días con el compromiso de que se abre todo al finalizar ese periodo, además de seguir solicitando la colaboración de la gente.
-¿Ve ánimo de las autoridades sanitarias de llevar a cabo esto?
-No tengo contacto directo con ellos. Yo participo en un grupo de asesoramiento que lo eleva al COES, pero la inquietud fue planteada y discutida.
-¿Las nuevas cepas incrementaron mucho los contagios en Entre Ríos?
-Creemos que sí. Sabemos que están en la provincia porque se realizó una secuenciación en Gualeguaychú y dio positivo para las cepas británica y Manaos. También se detectó la cepa andina.
En la internación antes veíamos pacientes de mayor edad, y esos rangos etarios están siendo vacunados. Ahora se redujo la edad, lo que sucede porque tenemos mayor circulación viral.
-¿La vacuna es efectiva para enfrentar las nuevas cepas?
-Sabemos que las vacunas están cumpliendo un rol de protección y la posibilidad de que exista alguna variante que reduzca la efectividad, siempre es algo latente.
Cuanto mayor cantidad de gente se logre vacunar en este periodo y tengamos menos producción viral porque haya menos enfermos, las chances de desarrollar una cepa con resistencia a los anticuerpos que pueda generar la vacuna, disminuye.
Necesitamos evitar que la gente se enferme, para que no aparezcan cepas nuevas.
-Vacunarse contra el neumococo para disminuir las chances de tener neumonía, ¿puede ser una solución? Sobre todo teniendo en cuenta que todavía no hay disponibles dosis de la vacuna contra el Covid para toda la población.
-No tendría una asociación directa inmediata. Lo que termina haciendo que el paciente fallezca es una neumonía viral, no bacteriana. A veces el paciente se sobreinfecta con una neumonía bacteriana y entonces sí conviene que esté vacunado. Pero lo que genera la insuficiencia respiratoria y la neumonía bilateral que se está diagnosticando ahora, responde a un virus, no al neumococo.
-¿El Covid genera más neumonías que una gripe?
-Estamos viendo que sí. Está generando muchas más internaciones y una alta tasa de mortalidad. Efectivamente la mayoría de los decesos se dan por insuficiencia respiratoria.
-¿Cómo está en estos momentos Concepción del Uruguay con la ocupación hospitalaria?
-Cada día se internan tres, cuatro o cinco pacientes; y el sistema tiene un límite de capacidad, no tanto por las camas sino del recurso humano que es limitado y está agotado. Vemos que, en ese sentido, la sociedad no nos acompaña.
