Las horas finales de los ocho años al frente del Municipio de Gualeguaychú fueron muy intensas y movilizante para Martín Piaggjo, pero, pasado el mediodía del viernes 8 se siente liberado y accede a brindar la última entrevista periodística a fondo en el cargo.
El día comenzó muy temprano con una reunión con sus colaboradores más cercanos en el Salón de la Memoria y, cerca de las 9, subió las escaleras hasta el Concejo Deliberante donde comandó la reunión de gabinete de cierre de gestión. Hubo palabras y momentos emotivos, hasta lágrimas en algunos de los asistentes y en el propio Piaggio.
Después bajo al hall central y se tomó el tiempo necesario (como hizo a la mañana del jueves) para saludar a los vecinos y trabajadores municipales que se acercaron a saludarlo y felicitarlo. Recibió un mate de regalo por parte de un joven y se sacó fotos con quién se lo pedía.
“La última nota”
Como había hecho días previos cuando le dio entrevistas a Radio Nacional, Máxima y Cero, Piaggio se hizo un tiempo para atender a la prensa. “El miércoles grabamos con Diario El Día y hace un rato con Diario El Argentino. R2820 tiene la última nota”, bromeó ante el equipo periodístico.
8 años de gestión
- Teniendo en cuenta que pasaron 8 años de gestión, que tu vida seguramente cambió, la vida en tu casa también cambió, en lo personal y humano, ¿qué tuviste que relegar estos años por ser Intendente?“Evidentemente mucho, sobre todo cuando se hace con tanta pasión y entrega. Lo mismo que me tocaba a mí, les tocó a todos los integrantes del equipo. Una vez que uno es elegido como representante de todo un pueblo, no hay ni un minuto que uno deje de serlo, esté donde esté. Eso se traduce en la transformación de la vida personal. Yo fui un afortunado porque tuve un gran acompañamiento de mi familia más directa que es mi señora y mis tres hijos, aunque sufrieron lógicamente una enorme transformación de nuestra vida cotidiana. Y de mi familia más ampliada como mis padres, hermanas, tíos y primos. O sea, una familia que de golpe se encontró con ser la familia del Intendente y eso fue muy grande. Ninguno de ellos se quejó, ni mucho menos. Siempre estuvieron muy preocupados por cómo me iba, por estar siempre en el teléfono o con un abrazo acompañándome en todos estos procesos, las conquistas, los logros, avances, y también en la otra faceta como son las tensiones, problemas y las angustias”.
A ello agregó que también tuvo que relegar “lo profesional que, en mi caso, tuvo dedicación exclusiva para ser funcionario público. El cargo llegó en el mejor momento de mi carrera como cirujano, como coloproctólogo. Decidí interrumpirla para poder volcarme de lleno a la gestión. Yo venía como a 200 kilómetros por hora y lo tuve que frenar de golpe, y les diría hasta incluso, también tuve que relegar mi vocación enorme por la medicina y salud. Y hasta diría en el plano económico, porque verdaderamente me generaba un rédito económico importante, aunque no es mi búsqueda, lo contrario de lo que uno piensa sobre entrar a la función pública”. “A pesar de lo relegado en lo familiar y profesional, igualmente fue inmensamente positivo para mí. Tomé conscientemente esa decisión y lo hice convencido”, resaltó y aceptó que “quizás sí, en casa me dijeron ´el ser intendente es demasiado demandante, danos más tiempo´. Pero como tuve un gran acompañamiento, nunca fue un problema para la familia. Además, siempre recibí mucho respeto y cariño de la gente, hasta de quienes no estaban de acuerdo con alguna postura mía. Nunca tuve ni seguridad ni custodia y, la gran mayoría de las veces, voy a los lugares solo o con mi propia familia”.
Entender la derrota
-¿Cuál fue el error más grave de la gestión?“No sé si fue un error, quiero ser bien específico. Estos últimos cuatro años que, a su vez tuvieron la pandemia, nuestro equipo intentó priorizar mucho como lo planificamos las grandes obras estructurales. Eso fue mientras estaba ocurriendo una enorme crisis económica, social y laboral en Argentina. Y las grandes obras te consumen las energías porque hay que proyectarlas, gestionarlas, pelearlas, buscarle financiamiento y empezar a desarrollarlas. Quizás eso nos alejó un poquito de cuestiones más pequeñas con la gente, esas que habíamos tenido en los primeros cuatro años, casi te diría por obligación porque no teníamos grandes obras y estábamos más cerca de los vecinos. Eso sería algo a lo que hoy le prestaría mucha más atención, y seguramente lo haría diferente, sin resignar las grandes obras”.
-Desde las PASO se te notaba muy angustiado. ¿Qué fue lo que más te dolió del voto a otras propuestas?
“Me generó mucha angustia perder por el compromiso que el equipo y nuestro proyecto político tiene con lo que hace. Sería totalmente trucho y falso si yo te dijera que no me importaba. Creo que mi cara traduce, casi siempre con franqueza, como me siento. Para nosotros fue y es durísimo, porque el plan siempre era seguir profundizando muchas cosas que recién estaban en marcha. Siempre se pensó una ciudad a 30 ó a 40 años, no en el corto plazo, por lo cual, interrumpir el proceso para nosotros no era parte del plan, nunca estuvo dentro del plan”.
Piaggio explicó que “si bien me duele y me angustia, no ocurrió en mí una suerte de reproche hacia la gente. Porque me gustó haber sido dos veces candidato a intendente y haber ganado por la decisión popular. De la misma manera, entonces, en mi ética entra que debo aceptar este resultado que la gente definió ya sea por poquitos votos, cruzado por lo nacional, por la crisis económica, el desastre de Argentina o por la boleta íntegra; pero el resultado es uno solo. No quiero trasladar a la gente la responsabilidad, sino es que así cómo funciona la democracia. Nunca prevaleció en mi proyecto político, un resentimiento hacia algo. Al contrario, siempre dijo esto es dificilísimo, pero vamos a encararlo. Nunca los resentimientos, nunca el pensamiento negativo, siempre fuimos un equipo que, con acierto y orgullo, iba para adelante".
-Perdiste las elecciones y te quedaste sin nada, ¿Qué vas a hacer el lunes 11?
“El lunes arranco a trabajar como médico, con mucha dignidad vuelvo a mi vocación. También tengo grandes desafíos personales relativamente nuevos como empezar a darle fuerza a mi rol como abogado, que es un sueño que tengo y comparto con mi madre que lleva tanto tiempo en el Poder Judicial. Quiero disfrutar sobre todo mi familia, mis seres queridos, es una vida que vuelve. Irme de vacaciones. Me voy con la tranquilidad con la que llegué, nunca perdí la esencia del tipo que era. Eso de los seres queridos, la gente más cercana me lo reconoce mucho, los empleados y vecinos también. No se me va a borrar la imagen de todos los empleados aplaudiendo”.
La “estampita” que lo emocionó
- ¿Cuál fue el gesto que más te conmovió en estos ocho años?“Uno solo, es difícil, verdaderamente tengo muchas cosas porque gobernar es casi siempre administra problemas, pero también te llena de felicidades, de pequeñas conquistas que es mi gran motivación, siempre fue mi única gran motivación estar colaborando con un pueblo mejor porque es el lugar que voluntariamente elegí para vivir con mi familia. Siempre digo, me enamoré dos veces de Gualeguaychú, cuando me crié y cuando tuve la decisión -tan acertada- de venir a vivir acá para que ver crecer a mi familia. Si me tengo que quedar con un momento fue cuando tomé dimensión de la importancia que podía tener para algún ser humano el laburo que he desarrollado. Un día me encontré con un vecino que en su casa tenía como de estampita de una fotito mía y él tenía prendida una velita para darme suerte en un pequeño altarcito con unos rosarios y otras imágenes. No me lo voy a olvidar nunca, cuando vi eso, me dije: “esto es evidentemente mucho más profundo para la gente por sus expectativas, sus deseos”. Entonces, desde ese día dije que todo lo que yo haga con buena fe y convicción, vale la pena”.
Martín Piaggio se emociona y reflexiona: “ese fue mi motor, para épocas donde yo arrancaba a las 4 de la mañana e iba terminando el día cerca de la 1 o 2 de la madrugada, sin parar durante todo el día. Yo sentí siempre que era una gran utopía. Ese día se me caían las lágrimas porque percibí las expectativas y las ganas de vivir un poquito mejor, que había gente para la que valía la pena mi gran esfuerzo y el de todo mi equipo. Quizás me tengo que quedar con eso. Ese día comprendí que nuestra acción valía la pena”.
-En una palabra, ¿Quién es Martín Piaggio?
“Un soñador. Desde chiquito fui un soñador. Y si también tengo que decir en una palabra qué me llevo de estas paredes -donde ya bajé hasta los cuadros- es un gran orgullo”, cerró Martín Piaggio, con los ojos brillantes de la emoción.
El intendente estrecha las manos, agradece por el respeto y cuenta que un rato después recibirá al intendente electo Mauricio Davico para charlar durante tres horas sobre la transición. Recién al atardecer, llegará a su casa para descansar. Fue un largo feriado, sabe que son las últimas horas de su gestión porque este lunes temprano estará otra vez en su consultorio con el ambo blanco para volver al llano.
