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El maestro mayor de obra Néstor Iván Szczech es el flamante presidente de la Cámara Argentina de la Construcción. Integrante de la patria contratista de Entre Ríos y titular de “Szczech & Szczech”, saltó al escenario nacional donde conduce la entidad que aglutina al sector.

Los empresarios no suelen ser noticia, pero en los últimos años empezaron a aparecer en las crónicas judiciales junto a gobernantes y ex gobernantes.

Szczech fue entrevistado por Leandro Renou para el sitio Letra P. En la charla, habló de la deuda de la Nación y las provincias con las constructoras, bancó la cuarentena pero y no esquivó el tema de la corrupción en los ladrillos. Szczech es el primer presidente de la Construcción, de la cual fue vicepresidente segundo en el periodo 2015-2017.

-¿Cuál es la situación de su sector en la emergencia?
-Está muy complicado. Esto arranca en mayo de 2018, cuando se recortaron 30.000 millones de pesos a la obra pública por el acuerdo con el Fondo Monetario. Llevamos 24 meses consecutivos de caída. Ya venía muy mal y la pandemia fue el golpe de gracia.

-¿Cómo evalúa las medidas del Gobierno?
-Veníamos solicitando la flexibilización -de los aportes en dinero a empresas- para tener más caudal de ayuda. Con el aporte del Estado al pago de salarios va a mejorar notablemente la situación. Me refiero al ingreso de la casi totalidad de todos los sectores, hasta la prórroga de impuestos o eliminación de contribuciones patronales.

-¿En qué situación están las empresas de la cámara?
-En nuestro sector, todas las empresas están con problemas. A diferencia de sectores más comerciales o industriales, las grandes empresas trabajan mucho con el Estado. Hay una deuda enorme del Estado a las empresas, tanto desde el nacional como de las provincias. Entendemos que las provincias tienen déficit y lo primero que quieren hacer es pagar salarios.

-¿Cuáles son los montos de esa deuda?
-Con el gobierno nacional, la deuda era de 36 mil millones, se han pagado más de 15.000 millones, pero se generó nueva deuda y hoy estamos en casi lo mismo. Córdoba sacó un bono de 4.000 millones para pagar obra pública. Diría que hay una deuda similar a la nacional desparramada por todas las provincias. No estamos teniendo éxito en cobrar. Santa Fe está paralizada en obra pública y privada: hay 35 mil personas que no están trabajando.

-El Gobierno igualmente habilitó el inicio de las obras.
-Puede empezar, pero con recaudos. Con la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) somos el único sector con un protocolo sanitario para la pandemia. Y con eso se están solicitando, incluso, los arranques de las obras privadas de las provincias. Respecto a la obra pública, hay solo un 20% de ejecución de obra en todo el país, la privada está en cero. El último dato de nuestro sector es que hay 350 mil empleos totales, 150 mil en obra pública y 200 mil en privada.

-Hay una grieta empresaria que divide a los que bancan la cuarentena y los que presionan para salir. ¿Dónde se posiciona?
-Estamos en el medio. Hay que dar movimiento económico, pero con la prudencia del caso. Respetamos mucho las decisiones del Gobierno, sobre todo porque el aplanamiento de la curva de casos fue un éxito. Pero deberían habilitarse obras privadas en el interior con los protocolos.

-¿Y en el Área Metropolitana (AMBA)?
-Es lo más complicado. Habría que hacer un análisis de cómo podría funcionar sin hacer uso del transporte público. En el interior van en moto, auto o caminando a las obras, pero en el AMBA eso es muy difícil.

-¿Cómo imagina el día después de la pandemia y cómo ve parada a la industria?
-La construcción es lo primero que crece o decrece, en el día después va a ser el sector que primero se va a poner en marcha porque es muy dinámico. El tema es llegar vivos al día después, eso va a llevar muchos meses. En el mundo, y en Argentina en particular, se nota la falta de inversión pública. Venimos bregando por la inversión de bienes de capital del Estado en hospitales, infraestructura, etcétera. Fijate el costo que tiene el aplanamiento de la curva, que se da porque no da abasto la infraestructura. Nos tiene que quedar en claro la importancia de la inversión pública, que es la que nos va a dar la posibilidad de salvar vidas y ser competitivos en lo económico.

-La cámara es emblema del escándalo de los cuadernos. ¿Cuál es hoy la situación y qué desafíos se plantea?
-Todos necesitamos transparencia, la transparencia de los datos y gestiones públicas e institucionales. Debe haber herramientas de gestión, que ya hemos charlado con el Gobierno. Se está trabajando en un observatorio de la industria de la construcción, evitando la discrecionalidad de los funcionarios.

-¿Cómo sería ese observatorio?
-Es una propuesta de la Nación junto a universidades, que van a hacer una evaluación en tiempo real de la gestión del Gobierno.

-Imagino que tendrán autocrítica, porque la contraparte del Estado fueron los constructores.
-Todos tenemos la autocrítica, entendemos que el sector no ha estado exento de falta de transparencia.
Fuente: Letra P - Página Política.

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