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Mariela Putallaz viajó desde Villa Elisa, mientras Hernán Tournour y Guillermo Micheloud lo hicieron, por su lado, desde San José. Inesperadamente, los oriundos del Departamento Colón coincidieron en tierras aztecas, en unas vacaciones que se volvieron tan interminables como difíciles de olvidar, a raíz de la pandemia del Covid-19.

“En realidad, las vacaciones se terminaron hace rato, ahora lo que queda es resistir hasta que podamos volver”, dice Mariela al establecer contacto con El Entre Ríos, visiblemente preocupada “porque allá nos esperan nuestras familias y nuestros trabajos, que ojalá nos puedan aguantar, porque realmente ya no está en nuestras manos el poder volver o no”.

Y “resistir” no es una palabra dicha al azar. “Hay gente que se quedó sin plata, de hecho yo también me estoy quedando prácticamente sin plata: todos estábamos de viaje con un presupuesto para cierta cantidad de días”, expresa para graficar la dramática situación que atraviesan.
Entrerrianos varados en México
“Acá somos 55 personas viviendo en un hostel, donde estamos alojados por la solidaridad de una chica mexicana, que se llama Rochio Sanoja, más la ayuda de un grupo de personas de Cancún que traen donaciones”, detalla la elisense sobre cómo es el día a día de los argentinos varados allí. “En este lugar estamos contenidos y hacemos un fondo común con quienes tengan para aportar y los que no, no”, agrega en ese sentido.

“Lo peor de todo esto es la incertidumbre, no saber si te vas mañana o dentro de un mes. Si al menos nos dieran un día tentativo, tendríamos una fecha concreta para esperar”, plantea a continuación.
Sin respuestas
“Vine por 12 días”, cuenta Mariela. “Salí de allá (de Argentina) el 9 de marzo y volvía el 23. El día 16 me cancelan el vuelo con opción de reprogramarlo, pero nunca me enviaron los tickets y después perdí el viaje que tenía pago”, continúa su relato sobre el tiempo que lleva varada en México. “Y a partir de ahí, la nada misma”, resume.

Del consulado, “hasta ahora no tuvimos una sola respuesta, ni una persona que haya dado la cara, nadie, nada. De hecho, tampoco conozco a nadie que el consulado le haya depositado un solo peso”. A esa incertidumbre, se suma la falta de comunicación oficial: “Nosotros, que somos los que estamos varados acá, nos enteramos de las cosas a través de los medios, no es que se contactan personalmente para anunciarnos las novedades: cero empatía”.

“Al principio era ir todos los días al aeropuerto a tratar de conseguir pasaje, exponiéndose al contagio. Incluso, exponerse a la desesperación de la gente en momentos de mucha angustia, que se transformaba en un griterío terrible, que no sabías para qué lado ir”, añade a su relato.

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Ahora, Mariela indica que directamente se cortaron los vuelos. “Hubo uno la semana pasada, que tampoco conseguí lugar porque como la gente está desesperada, se agotó en un toque. Mucha gente vulnerable se ha ido, por ejemplo una chica con su mamá que era insulinodependiente y estaban alojadas en el mismo hostel”, destaca entre quienes tuvieron la posibilidad de volver a casa.

Igualmente, “hay vuelos de aerolíneas que te hacen creer que son de repatriación, cuando en realidad son vuelos comerciales que hay que pagar como cualquier otro”, revela.
Covid-19 en México
“Prácticamente todos los turistas que quedamos varados en México estamos en Cancún, que es donde está el aeropuerto. Mucha gente que estaba en Playa del Carmen o Tulum, como es mi caso, se vino para acá”, da a conocer Mariela.

Y, desde el suelo mexicano, la elisense reporta un panorama del lugar donde se encuentra: “Acá las medidas sanitarias se empezaron a tomar un poco más tarde que en Argentina. Hoy por hoy, los militares ya andan por las calles, se están cerrando las playas y hay más recaudos en general, pero sin que se haya declarado la cuarentena obligatoria”.

“Es complejo, porque somos muchas las personas varadas y no solo acá”, reconoce sobre quienes se encuentran en su misma situación. Incluso, “creo que no nos priorizan -reflexiona- porque México, al lado de muchos lugares de Europa, todavía no es considerado un país de alto riesgo”.
Fuente: El Entre Ríos

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