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El Ministerio de Salud cerró sin sanción alguna un sumario administrativo que había iniciado a un enfermero de la Guardia de Pediatría del Hospital San Roque, de Paraná, a quien se acusó de haber llegado borracho a prestar servicio. Los cargos no pudieron probarse, y en su defensa el trabajador dijo que lo que sus superiores entendieron como estado de embriaguez en realidad fueron los efectos de una medicación: en vez de tomar una dosis, por error ingirió dos.

A través del decreto N° 484, el Poder Ejecutivo había dispuesto una instrucción sumaria al enfermero ERG, quien revista en un cargo de Categoría 19 – Carrera Enfermería- Escalafón Sanidad del Hospital Materno Infantil San Roque, de Paraná, por incumplimiento de los deberes impuestos por el artículo 61 Ley 9.755.

La situación enojosa ocurrió el 4 de enero de 2019, alrededor de las 22. Silvia Salomón informó que ese día ocurrió un hecho peculiar en la Guardia de Pediatría a partir de la exposición de las supervisoras Marisa Luisa Nikel y María Monzón, quienes dieron cuenta de una novedad: el enfermero ERG no se había presentado a cubrir su turno.

Luego de que las supervisoras hiciera su exposición, el enfermero ERG se hizo presente en el Hospital San Roque y justificó su llegada tarde por un imponderable, dijo, un accidente de tránsito que había sufrido en el camino al trabajo. Le piden entonces que notifique la situación a la ART, a lo que se niega, y fue en ese momento en que ambas supervisoras hacen notar que el enfermero “posee dificultad para hablar”, y otro trabajador relata, a su vez, que “se encontraría en presunto estado de ebriedad, con ´apariencia alcoholizado´, por lo que ante este hecho no se le asignan tareas de enfermería y se le solicita que se retire”, según consigna el decreto que dispuso la instrucción de un sumario.

A esa impresión, se sumó lo consignado en el Libro de Actas de Guardia Pediátrica y Departamento de Enfermería, y los testimonios de las médicas Valeria Russian, Noemí Mathey Doret y María Delfina Quintero, quienes elevaron nota a la dirección del Hospital San Roque en la que dieron cuenta de que el enfermero ERG se presentó a cumplir tareas “con claros signos de ebriedad (disartria, verborragia, marcha inestable, aliento alcohólico) lo que motivó la queja de familiares de los pacientes atendidos, por lo que en reiteradas oportunidades se le solicitó que adecuara su comportamiento, haciendo caso omiso al mismo, y que siendo las 2,30 se hicieron presentes en la Guardia de Pediatría familiares» del trabajador en cuestión «quienes lo retiran de su puesto de trabajo”.

En su descargo, el enfermero negó que los hechos hayan ocurrido como se sostuvo por parte de supervisores y profesionales médicas del Hospital San Roque. Dijo que “es de público conocimiento en su lugar de trabajo que padece hipertensión arterial por lo que se encuentra medicado, y que el día 4 de enero, momentos previos a concurrir o su trabajo, tomó su medicamento, olvidando que ya había ingerido la dosis diaria en horas del mediodía, y por tal ingesta su presión arterial descendió por demás de lo habitual, provocándole un desvanecimiento espontáneo de camino a su trabajo”.

Ahora, a través del decreto Nº 2.965, del 6 de septiembre de 2022 -publicado este 19 de enero en el Boletín Oficial- se deja establecido que nada de lo que se aseveró en las actuaciones preliminares pudo probarse. Y el enfermero puesto bajo sospecha por supuestamente haber concurrido a trabajar en estado de ebriedad brindó su testimonio. “Quiero declarar -dijo- que veníamos trabajando ese año a full con mucha cantidad de pacientes y con mucha carga de estrés. Yo trabajo en horarios rotativos (mañana/tarde/noche) con dos francos semanales, que por ahí te los dan a los dos juntos o …separados. Y ese día viernes 04/01/2019 justo había llegado de comer de la casa de mis padres al mediodía (…) y con el cansancio que tenía llegué a mi casa y me acosté a dormir porque trabajaba a la noche. Me redormí como hasta las 20 hs. aproximadamente, me levanté, comí algo y me tomé media pastilla de Bisoprolol 2,5 mg -un medicamento que se usa para tratar la hipertensión, NdelR-, sin tener en cuenta que al mediodía, antes de acostarme, ya la había tomado. Posteriormente me bañé y me fui a trabajar medio sobre la hora. Me dirijo hacia el trabajo y cuando iba en la moto, en calle Garrigó y Provincias Unidas, frené en el semáforo: me fijo si me faltaba algo, porque no encontraba mi teléfono, veo que no lo llevo puesto, entonces me fijo en la baulera de la moto, sin darme cuenta que no puse la patita a la moto y se me cae la moto. La señora que estaba en un auto atrás pensó que me había chocado, pero no había sido así. Después de eso seguí hacia mi trabajo, y llegué medio sobre la hora, pero ya había avisado a mi servicio, (Guardia de Pediatría). Me cambié, empecé a trabajar, me empecé a sentir relativamente mal, mareado y estuve trabajando por un período muy corto. Después me avisan que me tenía que retirar, yo pregunto el porqué, pero no me decían bien por qué. Yo me sentía descompuesto pero nunca me informaron el motivo real por el cual me tenía que retirar. A los minutos que me informaron eso llegan mis dos hermanos a buscarme y me fui. Además de todo eso quiero agregar que en ningún momento me hicieron ningún tipo de control médico con respecto a lo que afirmaban y a mi verdadero estado de salud. Otra cosa importante que quiero agregar es que hasta ese momento yo no sabía que había ingerido doble dosis de Bisoprolol, lo cual recién verifiqué al momento de regresar a mi casa. Otra cosa que quiero agregar es que soy padre de familia, tengo dos hijos a cargo (…) y este hecho ensució mi nombre, mi prestigio profesional e incluso el hecho fue publicado en las redes sociales afectándome de manera directa a mi y mi familia”.

Según el decreto Nº 2.965 del Ministerio de salud, “del plexo probatorio colectado y, supra reseñado, puede afirmarse sin hesitación que el hecho reprochado al encartado no ha quedado debidamente acreditado en el trascurso de la investigación sumarial”, y que en su declaración el enfermero “niega haberse presentado a trabajar en las condiciones que se imputan (`presunto estado de ebriedad`); sí reconoce lo que dice haber descubierto a posteriori, al regresar a su casa, esto es que tomó una dosis doble de un medicamento que probablemente le haya provocado la sintomatología que describieran los profesionales. Por otra parte, tampoco se ha acreditado formalmente, la existencia de las `quejas por parte de los padres de los niños que se encontraban internados`, imputación indeterminada y de tal vaguedad que no permite corroborarla”.

Luego se dispuso el sobreseimiento del trabajador y así se cerró el sumario.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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