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La fuga simultánea de tres mujeres es considerada un hito en la Unidad Penal Nº 6 de Paraná, donde sólo se registran dos escapes en toda la historia de la institución. Tres reclusas muy jóvenes ganaron la calle tras saltar un paredón del patio este viernes alrededor de las 19. Sin un plan ni ayuda externa, fueron recapturadas pasadas las 22 en barrio Jauretche. Una estaba presa por homicidio, otra por lesiones y la tercera por robo. El episodio no agrava sus penas, pero les hace perder privilegios. Se evalúa algún tipo de sanción al personal penitenciario y se reforzaron las medidas de seguridad en la unidad.

La fuga se produjo este viernes feriado. Por el intenso calor, se había autorizado a las internas a permanecer en uno de los patios de la cárcel ubicada sobre calle Marcos Sastre, en la que están alojadas unas 70 mujeres. Según pudo saber El Once de fuentes penitenciarias, tras buscar un punto ciego en el dispositivo de vigilancia del personal, las tres internas lograron saltar un paredón, acto que quedó registrado por las cámaras de seguridad del penal, donde se puede ver la rapidez y el disimulo con el cual lograron escalar el muro.

Luego de superar el paredón, las tres mujeres, todas menores de 25 años, aparecieron en el techo de una vivienda vecina, hacia el lado de la escuela Teherán. Desde allí ganaron la calle. Si bien trascendió que las esperaba un vehículo Eco Sport, esto no fue constatado por las autoridades penitenciarias. Más bien podría ser que las chicas abordaron a un vehículo al voleo y le pidieron al conductor que las llevara.

Quiénes son

Una de las chicas, Jimena Racig, es hija de Grisela "Catela" Díaz, una mujer perteneciente a una familia conocida en el hampa local. Además, es viuda de un de los "monitos" Aguilar -fallecido el año pasado tras ser baleado-, acusados de distintos crímenes, por lo cual algunos están presos en la Unidad Penal Nº 1. La reclusa tiene una hermana también alojada en la unidad penal que es esposa de otro de los hermanos Aguilar. Desde el viernes temprano, la chica había manifestado mucha angustia por la necesidad de ver a su hijita de dos años y se interpreta que esa crisis motivó su fuga. Tras un juicio abreviado, cumple una condena de tres años por lesiones y usurpación.

Paula Lacumberry es otra de las reclusas que se fugó. Su caso llamó especialmente la atención porque dentro de 22 días finaliza su pena y saldrá libre. "Es una transgresora neta y debe haber seguido a sus compañeras que se estaban evadiendo", se explicó desde el penal. La joven es oriunda de Concepción del Uruguay y cumple condena por robo.

La tercera de las prófugas es la que purga la pena más larga. Se trata de Agostina Arrúa, de 21 años, condenada en juicio abreviado a 10 años de prisión por el crimen del remisero David Farina. Por el mismo hecho se condenó a 14 años a Sebastián Berón. Según la investigación, la chica tomaba un remís, le indicaba como destino el ingreso al barrio Hijos de María y por mensaje de texto le avisaba a su cómplice. Cuando el auto llegaba a destino, Berón estaba a la espera y le robaba la recaudación al conductor. Farina, de 32 años, fue asaltado en julio de 2014 y terminó con el auto estrellado contra un poste de luz, herido de bala. Murió dos días más tarde en el hospital San Martín. Agostina Arrúa cursa el secundario en la unidad penal y este año terminó con las mejores calificaciones.

El regreso al penal

Apenas detectado el escape de las internas, la Policía comenzó un operativo de búsqueda y, en paralelo, desde el Servicio Penitenciario se comenzó un contacto con familiares y allegados de las chicas. "Son mujeres muy jóvenes, inexpertas, y lo más lógico era que acudieran en busca de apoyo a sus familiares", explicó José Luis Mondragón, director general del Servicio Penitenciario.

Las jóvenes fueron encontradas juntas en barrio Jauretche y antes de las 22 del viernes ya estaban de nuevo en la unidad penal. "No hubo resistencia, se entregaron pacíficamente y pudimos tener un buen diálogo con ellas, sus madres y la hermana de una. Si bien la fuga de tres reclusas juntas fue un hito en la historia de la unidad penal, no pasó a mayores y primó el diálogo", resaltó Mondragón.

Para el jefe penitenciario, aunque la investigación prosigue, no se trató de un plan programado, sino que más bien fue un impulso de las jóvenes. Si bien informó que a partir de este hecho se reforzó la seguridad en el edificio no es partidario de colocar demasiadas rejas y candados "porque se genera mucha violencia".

A las jóvenes, según indicó, no se les agravan las penas por el episodio, ya que no ejercieron violencia ni contra personas ni contra bienes materiales. Aunque sí pierden algunos beneficios tales como la posibilidad de salidas anticipadas. "Eso es lo que intentamos hacerles entender con ayuda de las familias: que son ellas las únicas perjudicadas con este tipo de cosas", comentó Mondragón.

Respecto del personal penitenciario, aunque habrá que evaluar si se aplica o no algún tipo de sanción, el funcionario se inclina por que el episodio y su resolución se traduzca "más que nada en un aprendizaje".

Las otras fugas

En la historia de la Unidad Penal Nº 6 Concepción Arenal se registran sólo dos incidentes de fuga en años anteriores. Uno de una mujer que cumplía condena por homicidio y que logró fugarse por los techos e intentó salir a dedo de la ciudad, pero fue recapturada a las dos horas.

El escape más saliente fue el de Norma Bonazzola, penada por el asesinato de la contadora Patricia Tonón en Gualeguay, a quien le asestó 14 puñaladas con una trincheta. Bonazzola había sido detenida en 2008. Para huir, se escondió en algún sitio de la cárcel, pero antes armó un muñeco con ropa y lo tapó con una frazada. Esperó una distracción de la guardia, atravesó el patio, cortó el alambrado del cerco perimetral y saltó a la calle. Luego de estar prófuga cuatro años, fue recapturada en Gualeguay cuando fue a visitar a su hermano. Cumple pena de prisión perpetua.
Fuente: El Once

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