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No es un fenómeno nuevo. Los periodistas a quienes les ha tocado informar en otras grandes inundaciones de Concordia, saben que en la calle y entre los vecinos, los rumores siempre están. Se alimentan de la desconfianza en la información oficial, en especial respecto de los niveles reales del río.

"Seguro que el río ya pasó esa altura. No nos dicen la verdad". Expresiones por el estilo podría decirse que forman parte del folklore de las inundaciones.

Pero en 2015 están las redes sociales, una autopista digital con cientos de miles de actores, donde hay de todo, y el anonimato conjugado con la irresponsabilidad campean a sus anchas. Y lo que antes era un "disparate" que circulaba en un barrio, hoy se expande hasta los confines del universo.

Uno de los blancos preferidos de las versiones es la Defensa Sur, esa obra de infraestructura que protege a no menos de 10.000 personas y que se la debemos casi exclusivamente a la santa obstinación del Padre Andrés Servin y del Ingeniero José Bourrén, que pasaron años machacando y machacando hasta lograr convencer al poder político de que había que construirla.

Los rumores respecto de la fortaleza de la Defensa Sur se nutren de las dudas que existen sobre la capacidad del Estado para hacer un adecuado mantenimiento de las obras. De hecho, tuvieron que salir corriendo a pedir una bomba prestada. No fue una buena señal para tanta gente que depende de ese terraplén bendito.

El padre Andrés, en sus últimos meses de vida, había comentado que la Defensa tenía ínfimas filtraciones que requerían de una oportuna intervención para subsanarlas. Él consideraba que era un fenómeno lógico en esta clase de obras y que se solucionaban con un atento mantenimiento. Y ahí andaba, como siempre, pidiendo a quienes tuvieran competencias en el asunto, que actuaran.

El otro blanco predilecto de los rumores es la represa. Se dicen disparates que contradicen las leyes de la física y las del sentido común. Lo cierto es que algunas de esas sandeces terminaron asomando a los medios y hasta motivaron preguntas del periodismo, por ejemplo, a un funcionario nacional del Uruguay. "Roballo se reunirá con CTM ante rumores de dinamitar el puente de Salto Grande", tituló Salto al Día, un verdadero despropósito.

Mauro Urribarri pidió una "comunicación responsable"


El ministro entrerriano de gobierno, Mauro Urribarri, señaló la importancia de "la responsabilidad a la hora de informar, no sólo del intendente y del gobernador sino también de los medios de comunicación y de los vecinos".

Obviamente, sus declaraciones "vinieron a cuenta de muchos mensajes que circulan, sobre todo en las redes sociales, con falsas alarmas y rumores que generan confusiones y malestar en la gente", explica un comunicado oficial.

"Se entiende que el fin siempre es ayudar, pero quienes realmente saben del tema son los profesionales de CTM, y debemos enfocarnos en eso para decidir las acciones que debemos tomar", explicó el funcionario provincial.

Cuando quisieron bloquear las redes


Vale aclarar que no es la primera vez que las autoridades políticas se muestran preocupadas por lo que circula en las redes.

Tras la crisis de la rebelión policial y lo saqueos en diciembre de 2013, el Ministerio de Comunicación y Cultura de Entre Ríos llegó a insinuar que era necesario bloquear las redes. Y un legislador provincial del FpV presentó un proyecto de ley, que retiró ni bien se dio cuenta que la idea no había caído simpática en la comunidad.

Es que habrá que reconocer que el Estado tampoco ha sido modelo de transparencia y corrección informativa, como para atribuirse autoridad moral y pretender bloquear las redes en nombre de una veracidad de la que nunca hizo gala.

Más allá de los disparates que suelen publicarse en las redes sociales, son el lugar donde muchas personas pueden organizarse para ayudar, por ejemplo, y también decir verdades que los medios convencionales de información jamás transmitirán, demasiado temerosos de perder las pautas oficiales o soportar los enojos del gobierno de turno.

Políticos que prometen obras, abstenerse


El pedido de responsabilidad a la hora de comunicación debe ser para todos: periodista, medios, vecinos y también autoridades políticas.

Por ejemplo, cuando terminaba la inundación de 2009, el gobernador de entonces, Sergio Daniel Urribarri, anunció la ampliación de la Defensa Sur.

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No fue una versión de las redes sociales. Fue "información oficial", que ilusionó a mucha gente, y, obviamente, dejó muy bien parado al hombre que años después intentaría ser candidato a presidente de la Nación.

Pero pasó el tiempo y sobre el particular nunca más se dijo nada. Ni se supo de estudios de factibilidad, ni de llamados a licitación. Habrá que concluir que aquello también fue un acto de comunicación irresponsable, y la culpa no fue de las redes sociales.
Fuente: elentrerios.com

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