La disconformidad obedece a al menos tres cuestiones: la primera es que no han sido incorporados a la planta permanente municipal sino que deben facturar como monotributistas. La segunda son los bajos importes que perciben. Y la tercera, y que fue la que colmó el vaso, que eso poco que ganan lo están percibiendo muy tarde.
“Nos están pagando los 20 o 21 más o menos, cuando ya todo está vencido. Tenemos que pagar los impuestos. El 20, por ejemplo, vence el monotributo y la tasa comercial”, y encima ganamos muy poco”, explicó uno de los contratados que se comunicó con El Entre Ríos.
Cuando se le pidió que dé precisiones sobre los importes en juego, respondió: “Trabajamos 6 horas, y estamos cobrando $24.000, sabiendo que el mínimo vital móvil es de casi $27.000 aproximadamente o $28.000. Y encima tenemos que pagar monotributo, tasa comercial y ATER, como que si tuviéramos un negocio. Es una locura. Sinceramente, no vemos el sueldo. Y, para colmo, nos pagan fuera de término, justo cuando vence todo y después tenemos que abonar las deudas con intereses”.
El área de turismo municipal, liderada por Aldo Álvarez, se ha ampliado en el último año, con la habilitación de atractivas oficinas de lo que se denomina el Centro de Información Turística, ubicado en la céntrica esquina de calles Mitre y Pellegrini.
Poner en condiciones el lugar demandó importantes gastos. La apertura se produjo en momentos en que el sector privado, producto de la cuarentena estricta y la parálisis total de la actividad, sufría un marcado deterioro, al punto de que cerraron varios hoteles de la región.
Por esas oficinas de información turística, el municipio se obligó a abonar un alquiler mensual que supera los 115.000 pesos, una suma que contrasta con los magros honorarios de los contratados.
