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Fin en segunda ronda para el nacido en Concordia.
Fin en segunda ronda para el nacido en Concordia.
Fin en segunda ronda para el nacido en Concordia.
A Pablo Cuevas se le terminó, este miércoles, el camino en el US Open. No pudo quebrar la barrera de la segunda ronda, tras caer ante Nicolás Almagro en tres sets 6-7 (5), 4-6, 6-7 (9), la primera derrota ante el español 48° ATP en tres partidos.

Fue, si se quiere, una derrota frustrante. Porque Cuevas probó de todo, pero se encontró con un rival jugando a gran nivel. Y exigido al límite, no pudo mostrar ese extra que puede mostrar, por ejemplo, en polvo de ladrillo, esas armas con las que se le planta a cualquiera. Lo buscó por todos lados, pero al final, el español fue un poco más sólido y se llevó los tres sets por escaso margen.

Con eso se le fue otro año de Grand Slams al uruguayo, en los que otra vez no pudo remontar la barrera de la tercera ronda en los torneos grandes. Y le quedó la espina de los torneos sobre cemento, donde sigue sin poder sumar grandes resultados.

El primer set Cuevas mostró algunos de los mejores momentos del partido. Un aceptable saque -en algunos momentos muy bueno- y profundidad de golpes -sobre todo con el revés paralelo, lo que le permitió dominar sus puntos de servicio. Sin embargo, Almagro no mostró puntos flojos, y de hecho aprovechó dos errores no forzados de Cuevas en el 2-3 para quebrar y ponerse 4-2, quiebre que remontó el uruguayo enseguida.

Con esa paridad, el partido lógicamente llegó al tiebreak. Y allí, aunque Cuevas tuvo un quiebre en el inicio que Almagro rápidamente recuperó, todo se terminó definiendo por una pelota que el uruguayo dejó en la red con su saque. En el global, el español fue un poco más sólido, y por eso se terminó llevando el set, poniéndole las cosas cuesta arriba al uruguayo desde lo mental, sobre todo después de la maratón de primera ronda ante Dudi Sela.

No le encontró la vuelta

En el segundo Cuevas volvió a mostrar brillantez en algunos momentos con servicio. Sin embargo, siguió careciendo de la consistencia necesaria para hacer de eso algo más permanente. Quizás en otro partido le hubiese alcanzado de todos modos, pero se encontró con un Almagro jugando a gran nivel, por encima de lo que dice su puesto 48 del ranking. Cuevas siguió tirando largo y profundo, pero empezó a errar. Y con todo eso, el partido se fue decantando para el español, que quebró dos veces para llevarse el segundo game 6-4 y dejándole todo muy cuesta arriba al uruguayo

Cuevas necesitaba cambiar la lógica del partido. Exigir a Almagro al punto que dejara de embocar tanto, y mantenerse sólido con sus saques. Logró lo segundo, pero nunca lo primero. Lo intentó, y corrió mucho, pero siempre jugando dos metros desde el fondo de la cancha, con lo que nunca llegó a poner contra las cuerdas al español.

Otro tiebreak


Así, el partido llegó otra vez al tiebreak, y el nacido en Concordia, Entre Ríos, otra vez tuvo la oportunidad de mostrar todo su corazón. Levantó tres match points, llevó el desempate hasta el 9-9, pero otra vez, no tuvo la consistencia en el momento necesario, y un error no forzado le terminó dando el miniquiebre a Almagro y la victoria.

En el cierre de la temporada de torneos abiertos sobre cemento -luego vendrán los indoor en Europa y Asia- Cuevas dio un paso hacia adelante en el juego. Pero le faltaron los resultados, algo indispensable a la altura del ranking en el que está.
Fuente: Diario El Observador de Montevideo

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