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El Ministerio de Salud de Entre Ríos, a través de personal del Programa Zoonosis y Vectores de la Dirección de Epidemiología, e investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnológicas (Conicet), desarrollarán acciones para capturar al roedor transmisor en ese departamento. El monitoreo se realizará durante una semana, del 21 al 25 de octubre, en paraje La Argentina que se encuentra a 110 kilómetros de la capital.

Por otro lado, se llevará a cabo una charla para brindarle información y tranquilidad a la comunidad acerca de esta enfermedad. La misma estará a cargo de Jerónimo Garcilazo Amatti, responsable del Programa Provincial de Zoonosis y Control Vectorial; y la doctora Isabel Gómez Villafañe, bióloga de la Universidad de Buenos Aires. La actividad tendrá lugar, el lunes 21 de octubre a las 10, en el Punto Digital Ibicuy, con la participación del personal del Hospital Behring, estando destinada a personal de salud, pescadores, trabajadores rurales y público en general.

En esta línea, Garcilazo Amatti explicó que esta actividad “se hace en el marco de una investigación por el caso de un paciente fallecido por hantavirus en el departamento. Elegimos esa zona porque el individuo vivía allí y arriaba ganado a la isla”.

“Teniendo en cuenta lo mencionado, es muy importante constatar cuál es el hábitat del animal para saber dónde se pudo contagiar el paciente. Esto sirve como precedente al resto de la población para que tengan conocimiento de las zonas en las que deben tener cuidado”, agregó el funcionario provincial.

“Esta jornada se puede considerar como un estudio poblacional de la especie. Y es el puntapié inicial para afinar nuestras recomendaciones para la sociedad y así lograr que tomen conciencia de la presencia de la enfermedad”, finalizó diciendo.
Acerca de la enfermedad
El hantavirus es una patología viral aguda grave, caracterizada por una fase de incubación de 2 ó 3 días a 45 como máximo. Los principales síntomas son fiebre, dolor muscular y de cabeza, fatiga general y, en ocasiones, vómitos y diarrea. Esta enfermedad evoluciona rápidamente a una fase cardiopulmonar, en la que se presentan complicaciones respiratorias y alteraciones hemodinámicas graves.

La causa más frecuente de transmisión es por inhalación. Ocurre cuando la persona respira en lugares abiertos o cerrados (como galpones, huertas o pastizales) donde la materia fecal o la orina de los roedores infectados desprendieron el virus contaminando el ambiente. La prevención pasa por evitar asistir a este tipo de lugares. Sin embargo, en caso de tener hacerlo, se recomienda usar barbijos.

En cuanto a los ambientes, la recomendación es abrir todas las ventanas, dejar que entre el sol y echar agua con lavandina para inactivar el virus. Mientras que, si se debe andar por la naturaleza, es aconsejable seguir por los senderos y, si se va a salir de camping, al momento de colocar las carpas, hay que fijarse que no haya madrigueras o nidos cercanos.
Sobre la mecánica de trabajo
La actividad consiste en la colocación de trampas específicas para esta especie, dispuestas en momentos precisos de la jornada (se instalarán en la tarde-noche y se retirarán en las primeras horas de la mañana siguiente), teniendo en cuenta los horarios del roedor.

Según el médico veterinario epidemiólogo, posteriormente se llevará adelante el sangrado de los animales, que consiste en tomarles pequeñas muestras de sangre y órganos para su análisis en el Instituto Carlos Malbrán. En ese sentido, Garcilazo Amatti destacó: “Con esto certificamos la presencia del roedor en la zona y con las pruebas constatamos que tengan anticuerpos de hantavirus, lo que significa que son ellos la fuente de contaminación”.
Fuente: Ministerio de Salud

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