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Fernando Pastorizzo, asesinado el 29 de diciembre pasado en Gualeguaychú, cambió las claves de acceso a su celular pocos días antes del crimen porque su exnovia Nahir Galarza, de 19 años y detenida por el homicidio, había descubierto cómo ingresar en ese teléfono para manipular su contenido.

Fuentes judiciales informaron que los expertos de Gendarmería Nacional requirieron la computadora personal de la víctima para tratar de vincularla al smartphone encriptado. Este jueves, los peritos de esa fuerza federal comenzaron a analizar los aparatos móviles de la imputada y del joven asesinado aunque, al igual que les sucedió a los especialistas de la Procuración de Entre Ríos, no pudieron abrir el celular de Pastorizzo, dijeron los informantes. Según las fuentes, el smartphone de la víctima, un Motorola G5 Plus XT1680, tiene un sensor biométrico con huellas digitales para abrir el sistema, y un gráfico y un PIN para la mensajería instantánea de WhatsApp. Un investigador con acceso al expediente detalló que el joven utilizaba la huella digital y los amigos indicaron que Pastorizzo tenía un PIN y un gráfico muy complejo: "Los mismos amigos de él dijeron que días antes del crimen, ella le descubrió el gráfico y el PIN, y accedió a una foto que subió a un grupo de WhatsApp y le borró contactos".
Fuente: Agencia Télam

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