En su iniciativa, también sugiere al gobierno provincial la realización de controles periódicos en veterinarias, pet shops y demás tiendas que comercialicen animales, bajo las siguientes premisas: “Que se respeten los cuidados particulares de cada especie y que los seres cuenten con alimentación e hidratación sana, adecuada y conveniente para su normal desarrollo”.
De sancionarse la ley, quienes comercialicen animales domésticos tendrán un plazo de seis meses para adecuar sus instalaciones. En casos de incumplimiento, la autoridad de aplicación quedaría habilitada para realizar multas y clausuras preventivas. Entre los fundamentos, el legislador explica que “se trata de comprender a los animales como seres sintientes, que sufren muchas veces debido a destetes tempranos y vuelven a sentir un constante estrés por estar exhibidos”. En esa línea, agrega que “la angustia se agrava cuando son expuestos en vidrieras o escaparates al público y sometidos al rigor de los factores climáticos, ruidos y acoso de las personas”.
El proyecto se encuentra próximo a ser tratado en la Comisión de Legislación General, luego de haber ingresado con la firma del diputado provincial perteneciente a la bancada de “Juntos por el Cambio”.
Consumismo, detrás de una vieja práctica
Este proyecto tiene entre sus ejes “evitar la compra impulsiva y/o compulsiva” de animales en la provincia de Entre Ríos, estimulada mediante su exhibición en locales de venta.“La exhibición pública de animales en locales de veterinarias, tiendas de mascotas (pet's shops), viveros y comercios afines (práctica habitualmente denominada “de vidrieras vivas”), puede ser potencialmente riesgosa para la salud física y comportamental de los animales”, aparece como principal fundamento.
La comercialización de animales por medio de su exhibición “conlleva muchas veces manejos no adecuados para la especie, como destetes tempranos y crías antinaturales que afectan el desarrollo comportamental de los cachorros: estos animales sufren un distress (estado de angustia del animal) importante cuando son alejados tempranamente de sus madres, de las otras crías y de su ámbito natural”.
“Este estado de angustia se agrava cuando son expuestos en vidrieras o escaparates al público y sometidos al rigor de los factores climáticos, a post ruidos y al acoso de las personas”, continúa.
Además de evitar la compra compulsiva, “que acrecienta el posterior abandono y la utilización de un ser vivo como producto”, esta iniciativa busca “fomentar y favorecer la adopción responsable (la presente ley no comprende la situación de comercialización y/o exposición de animales en eventos debidamente autorizados”.