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Las principales refinerías del país (YPF, Shell y Pan American Energy (por Axión), acordaron con el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, un aumento del tres por ciento en los precios al público a partir del 1 de julio, pero ahora consideran que ese porcentaje es insuficiente y están a la espera de una reunión con el nuevo titular de la cartera, Javier Iguacel.

Como el funcionario debía estar este miércoles en Washington, para una conferencia mundial sobre gas, se presume que recién este viernes o durante el fin de semana será el encuentro con las petroleras locales.

Tanto las productoras como las refinadoras, y las que están integradas como YPF y PAE, coinciden en que el 3 por ciento pautado para julio quedó licuado por la devaluación que fue del 10 por ciento desde que se cerró ese acuerdo el 1 de junio, mientras que el precio internacional del petróleo sigue con una firme tendencia al alza que puede acentuarse en las próximas semanas.

En ese contexto y mientras persiste la incertidumbre por el tipo de cambio, las petroleras presionan para que el gobierno defina las reglas de juego yendo más allá del mes próximo. "El problema no es solo el aumento de principios de mes, se puede cerrar en un 3 o en un 5 por ciento, pero después qué va a pasar", dijeron desde una de las empresas.

El interrogante se refiere a que según los cálculos empresarios, los precios de los combustibles tienen un retraso de alrededor del 30 por ciento, incluyendo en ese porcentaje el 12 por ciento que debió aplicarse a principios de mayo y que se postergó para recuperarlo en cuotas a partir de julio, en el primer acuerdo cerrado con Aranguren. Según las estimaciones privadas, el precio de la nafta super, aun considerando los impuestos, ya es hoy más bajo que en Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay.

La pretensión de máxima de productoras y refinerías es que el gobierno confirme la liberación del mercado y que se permita trasladar a los surtidores lo más rápido posible el impacto de la devaluación y del precio del crudo, indicó. Tienen un temor creciente de que se vuelva a las regulaciones y que el negocio ya no sea lo que se preveía al comenzar el año.
Fuente: Ámbito Financiero

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