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En una entrevista telefónica, Nuria Miño, sobrina del desaparecido hace 8 años, “Pocho” Morales, dio cuenta del no accionar por parte del Estado y la Justicia para dar con el paradero de su tío, e inclusive vinculó esta desaparición a otra, la de Sebastián Ortíz, de quien hace un año tampoco se tiene ningún rastro. “Pocho” Morales, quinielero que recorría a diario las calles de San Jaime en bicicleta levantando apuestas, desapareció hace ocho años de la noche a la mañana. Aún no existe la más mínima teoría, avalada por la justicia, de qué fue lo que le pasó. “Todos los años es lo mismo, nos hacen notas y siempre es la misma respuesta: a nadie le importa nada, no tenemos novedades de nada. Acá hay justicia si tenés dinero, sino no. Y en ocho años cuesta mantener a alguien que nos represente”, dijo Nuria. “Si bien no se hizo mucho al principio, después de 8 años, se complica un poco. Hasta donde quedó fueron diez cuerpos de la causa y no aumentó el expediente porque no se hizo nada. Siempre preguntamos y nada”, expresó.

“Estos últimos años ni siquiera se hicieron presentes alguien de la justicia. El último contacto fue con (el ex ministro) Mauro Urribarri”, señaló Miño, quien agregó que “a la ministra Romero ni la conocemos”, a pesar de haber pedido reunirse con ella o con el mismísimo gobernador. “El año pasado, por medio de un decreto, se pide al ministerio de Gobierno la investigación. Nunca recibimos una respuesta”, remarcó. “Hasta un violador tiene una defensa paga por el Estado, pero y las victimas? Está todo al revés. Y detrás de eso, pasan los años, y hay una familia que solamente se recuerda en ésta fecha”.

En otro tramo de la entrevista, la sobrina de Morales, reveló un dato llamativo: “Cuando se desarrollaba la investigación, nos hablaban de la existencia de bandos dentro de la policía. El bando que responde a fulano y el otro bando que responde a otro. Y dentro de esos bandos, siempre hay policías honestos, y ellos nos decían que nosotros nunca íbamos a recibir una respuesta porque, para ellos, había alguien que estaba cubriendo, desde la policía o que sabía muy bien como cubrir ciertas cosas. Aunque esto no significa que lo haya hecho un policía” Y agregó algo aún más sorprendente: “nos dijeron que seguramente cuando desapareció Sebastián Ortiz (un año antes y en circunstancias muy similares, en la misma ciudad) no era la desaparición la de Ortiz, sino el tío Pocho, que fue una equivocación, que se llevaron a la persona equivocada (a Ortiz un año antes)”.

“Hay mucho miedo, hay alguien que está tapando todo. Yo creo que cuando fallezcan un par de personas, se va a saber que pasó. Hay una mano muy pesada que está frenando todo”, sentenció. “Nosotros pedimos que la causa sea pasada al Juzgado Federal. Walter (hijo de Morales) hizo la denuncia en el Juzgado Federal y nunca se nos permitió eso. Es un manoseo todos los años. Y en Fiscalia, la causa murió cuando se fue Julia Rivoira. Y el fiscal Larocca (que sucedió a Rivoira) nos dijo a nosotros, a la familia, que le acerquemos (datos) para que investiguen”.

Por último, agradeció al ex intendente Cristian Fernández por todo lo que hizo por la desaparición del quinielero.
Fuente: radioshowchajari.com.ar

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