El colectivo había salido a las 4:45 de Villaguay, había recogido docentes y alumnos y cumplía el primer tramo de su recorrido, hasta Lucas Norte. Por delante, tenía que trazar otro recorrido y transportar a un grupo de estudiantes de Laguna Larga. No pudo hacer ni una cosa ni la otra: quedó atascado. El chofer tropezó con un pozo en el camino, el vehículo serpenteó y cayó en una cuneta, y ahí quedó.
El primer intento fue procurar un tractor en la zona. No fue posible. Llegó una profesora en un Jeep y empezó a recorrer la zona. Consiguió un tractor para remolcar el colectivo. Pero en el ínterin, ocurrió la embestida. «Pensé que nos iba a dar vuelta el colectivo, con nosotros adentro. Fue un accidente. El camionero quiso acelerar, perdió el control y como el camino estaba muy húmedo, nos embistió. No pasó nada. Solo daños materiales. Pero es la cuarta semana que nos quedamos varados por el mal estado del camino», dice la rectora. La Escuela Salustiano Segovia es la única de nivel secundaria en esa zona de la provincia, en ese tramo entre Villaguay y Federal. La misma rectora y la misma secretaria atienden un anexo ubicado a 40 kilómetros, en Lucas Sud. Fue a pedido de los padres: sus hijos iban quedando afuera del sistema por cuanto viajar a Lucas Norte les resultaba imposible. Entonces, el Consejo de Educación decidió armar un anexo en la Escuela Primaria N° 17. La rectora percibe el importe de 8 horas cátedra por atender dos escuelas, separadas por 40 kilómetros una de la otra.
La Escuela de Lucas Norte absorbe estudiantes de 9 escuelas primarias de la zona. «Son chicos de familias de muy bajos recursos, que deben recorrer distancias muy largas para ir a clase. Algunos recorren 60 kilómetros; otros, 40. Y hacen 15 a 20 caminando para llegar a la ruta y subir al colectivo que los lleva a la escuela. Nosotros, desde villaguay, salimos antes de las 5 de la mañana. Los alumnos tienen que salir antes de las 4 de su casa para poder llegar a horario», cuenta.
Son 150 los estudiantes que asisten a la Escuela Salustiano Segovia. Otros 35 alumnos constituyen la matrícula del anexo, que funciona en Lucas Sud. La regularidad escolar depende, y mucho, del buen estado del camino. Luego de jornadas de lluvia -como las de los últimos días- el acceso a la escuela se vuelve dificultoso. Y el colectivo suele tropezar con imponderables, como caerse a una cuneta. «Es un sacrificio ir todos los días a la escuela -dice la docente-. Aunque vamos con placer y con ganas de enseñar, estas cosas que pasan nos agotan. Es la cuarta vez que el colectivo se cae a la cuneta. No es difícil el trato con los chicos; menos con la familias. Lo difícil es llegar a la escuela, y poder ofrecer las clases y acompañar a nuestros chicos».
El último accidente fue este miércoles 6. Quizá no será el último: el camino suele estar en pésimas condiciones.