A través de la Resolución Nº 39 del 29 de marzo, ante la “iniciación de actuaciones penales respecto del agente Guillermo Andrés Cáceres, dependiente de la UFI Concordia”, el procurador general Jorge García consideró que “sin perjuicio de la causa penal, es menester dar inicio al pertinente sumario administrativo, el que deberá estar a cargo del señor Fiscal Coordinador (José) Costa”.
“La gravedad de los hechos que se endilgan al agente judicial ameritan la suspensión del mismo hasta tanto se aclare su situación por el riesgo a los fines de los procesos principales a los que su conducta se anuda prima facie”, dice la disposición que firmó el procurador. Así, se dispuso la suspensión del trabajador, “aplicándose el 50% de descuento de sus haberes que quedará a disponibilidad, sujeto al resultado del sumario administrativo”. La decisión de la Procuración fue consecuencia de la orden dispuesta por el juez de Garantía de Concordia, Germán Dri, que el 26 de marzo firmó una orden de allanamiento a la casa del empleado luego suspendido de la Unidad Fiscal local, acusado por “tráfico de influencias e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. El allanamiento, en el barrio “Dos Naciones” de La Bianca, estuvo a cargo de la fiscal Julia Rivoira.
Al ordenanza de los tribunales de Concordia le reprochan haber mantenido comunicaciones telefónicas con el narco Martín Alejandro Muñoz, a quien le habría aportado información acerca de expedientes judiciales. Fuentes de la Asociación Judicial de Entre Ríos (AJER) confiaron a que el trabajador “nunca planteó al gremio sobre su situación judicial. El tema deja de ser laboral, es un tema ya personal. Lo que sé es que tiene abogado particular y que a nosotros solamente nos pidió un asesoramiento de plazos administrativos y normativas que se aplican a lo que es el sumario”. Un día antes del allanamiento al empleado de Fiscalía, la Justicia de Concordia ordenó la detención de Martín Alejandro Muñoz, un exfutbolista involucrado en el narcomenudeo, y Federico Alejandro Saldivia, agente penitenciario de la Unidad Penal Nº 3 de Concordia. El fiscal José Arias los imputó por el delito de torturas: Muñoz en calidad de “instigador” y Saldivia como “autor material”.
En su momento, El Entre Ríos contó la trama que derivó en la detención del narco y el agente penitenciario tiene su punto de partida en el mes de octubre de 2021, cuando era asesinado a balazos un hijo de Muñoz, Exequiel Alejandro, de 20 años de edad. Los presuntos autores de la ejecución del joven fueron detenidos. Los mayores fueron alojados en la Unidad Penal Nº 3, mientras que los menores quedaron bajo la guarda del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf).
Días después de ese crimen, Martín Muñoz se habría comunicado con el penitenciario Federico Saldivia para “encargarle” una “tarea”: torturar a los imputados por el asesinato de su hijo. La historia no termina con ese encargo. Las pruebas reunidas indican que, en efecto, a posteriori de aquel llamado, Saldivia habría concretado el “trabajo” que se le encargó.
Martín Muñoz, el del encargo al penitenciario, es conocido en Concordia por su apodo “Máquina”, pero también tuvo un destaque en el mundo del fútbol. Pasó por varios clubes: Colegiales, Libertad y Santa María de Oro en Concordia, Atlético Paraná, Sarmiento de La Banda de Santiago del Estero, Atlético de Uruguay, entre otros. Del fútbol pasó al narcomenudeo. En junio de 2019, el delantero fue uno de los detenidos por la Policía Federal cuando fuera desarticulada la banda de los Francia. Fue llevado hasta la Delegación Chajarí, pero lo liberaron a las pocas horas.
Sin que Muñoz se diera cuenta, el 25 de junio de 2018 la policía comenzó a vigilar su vivienda, ante la presunción de que allí se desarrollaban tareas de narcomenudeo. El seguimiento incluyó fotos y filmaciones que justificaron un posterior allanamiento, realizado el 7 de septiembre del año pasado.
En el procedimiento, los uniformados no solo encontraron cocaína y marihuana listas para su comercialización, sino que sorprendieron a Muñoz en el momento exacto en que llevaba a cabo las tareas de fraccionamiento en el dormitorio de la vivienda ubicada en La Pampa y Cortada Güemes, muy cerca de donde la Policía Federal allanó la casa donde la banda de los Francia acumulaba estupefacientes.
