Esta vez no se trata de una renuncia sino de una excusación. El Dr. Eduardo Luis Prina, en nota elevada al presidente del Consejo de la Magistratura, Mariano Churruarín, comunicó su decisión de excusarse “en forma indeclinable por la causal de violencia moral hacia el recusante, atento a los innecesariamente agresivos e irrespetuosos términos utilizados por el mismo en su libelo de recusación”.
En el último párrafo de su misiva, Prina introdujo una recomendación relevante: “Al notar numerosos cuestionamientos de parte de diversos sectores de la comunidad, me atrevo a sugerir al Sr. Presidente de tal importante y estratégica institución (el Consejo de la Magistratura), que, sería auspicioso encontrar sea a través de una nueva ley orgánica que modifique la actual 11.003, sea a través de una nueva reglamentación interna, etc. los resortes necesarios y adecuados para que ese digno Instituto que preside se reconcilie con la comunidad toda en tan importante misión conferida”.
De esta manera, Prina se hace eco de la visible erosión que ha sufrido la credibilidad del Consejo de la Magistratura.
El primero tramo de su escrito de excusación lo utiliza para transparentar el malestar que le generó haber recibido duros cuestionamientos de parte de un inscripto a los concursos. “Más allá de los innecesariamente irrespetuosos términos en los que se refiere a mi supuesta ausencia de “especialidad” en el Derecho Penal -dice-, y sin ánimo de replicar una por una las preguntas y repreguntas que hace, cabe informarle al recusante que el suscripto es un abogado de la matrícula que este año cumple justamente 30 (treinta) años de ejercicio profesional liberal puros, con intensa praxis tanto en el Fuero Provincial Ordinario como en el Federal Extraordinario, donde he sido honrado con los cargos de Defensor Oficial Ad-Hoc (desde el año 2003 y siguientes) y Juez Federal Ad-Hoc (desde el año 2009 y siguientes), habiendo ejercido en todas las ramas - y consecuentemente Juzgados- del Derecho, entre las que se encuentra lógicamente el Derecho Penal”.
“A lo largo de estos 30 años, he ejercido defensas penales tanto en el fuero provincial ordinario (v.gr.: homicidios culposos por accidentes de tránsito, por malas praxis médicas, etc.), como en el federal (v.gr.: numerosas causas de derecho penal económico por deudas tributarias y/o previsionales)”.
Prina había sido cuestionado por un concursante por entender que no reviste suficientes antecedentes en el campo específico del derecho penal, y, en especial, en delitos de corrupción.
