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La historia se conoció por las redes sociales. Una maestra de primaria implementó un saludo de bienvenida diferente para arrancar la jornada: los alumnos son los que una vez por semana toman su lugar y reciben al resto. “Los chicos entran con otra energía al aula”, dijo la mujer.

Gimena Domínguez es maestra de primer grado en la Escuela Nº 119 del barrio Villa Las Lomas Sur, de Concepción del Uruguay. Hace cinco años que ejerce la docencia y desde febrero de este año, antes del inicio de las clases, empezó a explorar nuevas alternativas para implementar la educación emocional con sus alumnos.

“Vi algunos videos en diferentes páginas de otros maestros en distintos lugares del mundo y llegué a la conclusión de que un saludo especial antes de entrar al aula podía ser una estrategia para que el comienzo de la jornada fuera diferente, con otra predisposición”, relató la docente.
Entran con otra energía
Al comienzo del ciclo lectivo, Domínguez era la que recibía a los chicos y les proponía elegir como saludarse. Pero desde hace unos días, y para fortalecer el vínculo entre los chicos, les propuso que cada día un alumno diferente tomara su lugar.

“Tienen entre 6 y 7 años y tanto los papás como los chicos están muy entusiasmados”, indicó la maestra. Explicó, además, que como la escuela es muy nueva –funciona hace un año–, “los chicos no vienen del jardín; entonces estas herramientas les sirven”. Agregó, además, que “si bien sabemos que demora un poquito más el ingreso al aula, los chicos entran con otra energía y se ve en los ánimos durante toda la mañana”.
El video, en el que se ve al grupo de chicos “chocando los cinco, haciendo un paso de baile o dándose abrazos entre ellos, lo compartió otra docente con la idea de que esta iniciativa se pudiera replicar en otros lugares del país. “No se dan una idea de la carita de los chicos cuando reciben tanto afecto del resto del grupo”.

La maestra asegura que este es solo el puntapié inicial y que seguirán implementándolo en otros grados. “Vamos a sumar salto en un pie, choque de codos y el beso en la mejilla muy pronto”.

En el grupo de WhatsApp de la escuela, los papás cuentan que los chicos regresan a casa y les explican qué saludo hicieron y la emoción que les produjo. “Entran motivados y cuentan porqué lo elige cada uno. Pequeños gestos como estos generan un aprendizaje mucho más profundo”, concluyó.
Fuente: La Calle

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