En principio, la medida coincidía con el tratamiento en la Cámara de Senadores de la Nación del proyecto de financiamiento educativo, que ya cuenta con media sanción de Diputados. Sin embargo, la sesión se suspendió y pasó para el 12 de septiembre.
El secretario gremial de AGDU, Maximiliano Camarda, explicó que la situación es “insostenible” debido a la caída del salario universitario. “El salario cayó aproximadamente un 50% y estamos cobrando mucho menos de lo que nos correspondería”, aseguró. Por caso, mencionó que un jefe de trabajos prácticos, “un cargo concursado que requiere además de la carrera un doctorado -cinco años más de formación-, cobra por diez horas $150.000”. “Es decir, con un cargo completo de 40 horas, estaría ganando alrededor de $600.000, pero debemos tener en cuenta que este cargo también incluye investigación y extensión, lo que agrava la situación, ya que ese salario está por debajo de la línea de pobreza”, acotó.
El dirigente advirtió sobre una posible “fuga de cerebros” si no se toman medidas: “Estamos en vísperas de una nueva fuga, como la que vivimos en la década del ‘60 con la Noche de los Bastones Largos o en los ‘90, cuando un ministro de Economía mandó a lavar los platos a la gran científica Susana Torrado. Con sueldos de hambre, muchos profesionales volverán a optar por emigrar, donde son bien recibidos”.
Sobre la recomposición salarial, el gremialista señaló que desde 2015 los sueldos universitarios han sufrido un notable deterioro en relación a la inflación, con una caída reciente del 50%. “Lo que pedimos es una recomposición de entre 40 y 50 por ciento para volver a la línea salarial que teníamos anteriormente”, concluyó.