El hallazgo fue "casual" gracias a que un productor que pastoreaba su ganado en predio de la empresa Montes del Plata encontró algo "inusual" bajo las raíces de un árbol caído a causa de un temporal: era un huevo de dinosaurio.
La empresa le comunicó al Museo Nacional de Historia Natural y a la Facultad de Ciencias para que pudiera identificar y poner en valor el descubrimiento. A partir de allí comenzó un trabajo de prospección paleontológico a cargo de expertos de ambas instituciones.